Estamos pasando del amor a la creación al amor al Creador. En todo el sistema, el amor por el Creador es el amor perfecto, donde la luz y la vasija se revelan juntos, se apoyan mutuamente.
Pero tenemos que empezar con amor a la creación, es decir, acercarnos unos a otros en decenas, hasta que ya no sintamos la diferencia entre nosotros, de modo que nuestros deseos y sentimientos se fundan en un sentimiento común. Todos deben completar a los demás. No hablamos de conexión física, que pertenece al nivel animal, sino de una conexión humana, es decir, no a nivel físico, sino sensorial.
Esta conexión comienza con odio infundado, su única explicación es que fue creado por el Creador. Y de ahí debemos llegar al amor fraternal como un hombre con un corazón.
No tomes ejemplo de un mundo donde hay lucha y todos unen su fuerza, como niños que pelean. Debemos seguir los consejos de los cabalistas y vernos en la etapa final del proceso de corrección. Hemos pasado por muchos ciclos de vida en la Tierra, por miles de años. Y no es casualidad que ahora, hayamos descubierto la ciencia de la Cabalá. En este mundo, nada es aleatorio, todo se calcula a partir del sistema del alma común.
Por eso, debemos trabajar juntos y lograr unidad. Si alguien cae, ¿qué debemos hacer? Aparentemente es su destino. Pero intentaremos armar nuestro sistema y llegar a una conexión mutua basada en igualdad y amor. Pues, el amor es el vínculo más fuerte.
“Del amor a las criaturas al amor al Creador”, porque el Creador es el sistema global que se nos revela. Creador es una generalización, la suma de todas las almas, la razón de su creación, la fuente.
El amor es una conexión mutua completa en la que cada uno busca completar a los demás. Esta es la forma de existencia del alma común.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 29/nov/20, «El trabajo con fe por encima de la razón»
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