Construimos al Creador de los deseos de nuestros amigos conectados, como está escrito: «como si me hubieras hecho». Pues, la fuerza superior no existe por sí sola, sólo dentro de nuestro Kli, nuestro deseo.
Por eso, tratar a los amigos como un Kli, como un instrumento para revelar al Creador y establecerlo, es la única forma correcta para dirigirnos al Creador. Está escrito: «Del amor a los amigos, se puede llegar al amor al Creador».
Cuando reúno a los amigos, empiezo a sentir la fuerza que nos incluye a todos. Esta fuerza inclusiva es una fuerza integral muy especial, que está por encima de todos los detalles y es la base de toda la creación. La creación aparece fuera de esta fuerza y comienza a dividirse y a tomar una forma discreta.
Sin embargo, si nos conectamos para revelar entre nosotros en el centro del grupo, la fuerza única, con la misma precisión que podemos conectar, con esa resolución, descubriremos al Creador como Nefesh, Ruaj, Neshama, Haya y Yejida. Yejida es el grado más alto para revelar al «Uno, Único y Unificado».
Por eso, es un gran error esperar a que se revele el Creador. No necesitamos esperar, necesitamos construirlo. Es la diferencia entre religión y Cabalá. No esperamos una revelación del Creador que no fue construida por nosotros. Sólo con nuestra participación práctica en la conexión, creamos el lugar de revelación, creamos al Creador.
Si nos sentamos con las manos vacías y esperamos que venga el Mesías, nunca vendrá. El Mesías es la fuerza que finalmente nos llevará del sentimiento de separación al sentimiento de total adhesión. Nos saca la última gota de ego, es tan pequeña que ni siquiera es visible a los ojos, pero que aún no nos permite revelar nuestra unidad.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 28/nov/20, «El trabajo con fe por encima de la razón»
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