El ego destruye a la sociedad

El ego destruye a la sociedad

Pregunta: El gran cabalista de la Edad Media Ramjal (Rav Moshé Jaim Lozzatto) escribió: “Lo único en la creación que puede hacer daño es el hombre. Puede pecar y rebelarse, la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud, no pasa con ninguna otra criatura». (Daat Tevunot, 154, 165)

Esto habla del crecimiento del ego ¿cuál es esta cualidad que se reveló desde ese tiempo?

Respuesta: Por lo general, en el hombre se manifiesta el deseo de disfrutar, de recibir satisfacción, de abastecerse. Igual que en los animales, pero muy aumentado.

Si los animales se rechazan mutuamente es para garantizar su seguridad y tienen el instinto de satisfacer sus necesidades, es su impulso; el hombre no tiene límite para su enorme deseo egoísta de absorber, capturar y subyugarlo todo.

Incluso si no lo necesita, la condición de la envidia no lo abandona en el curso de su desarrollo, desea absorber y acumular todo y agregarlo a sí mismo. Esto es ego terrenal. Hay manifestaciones superiores, pero el egoísmo terrenal existe en todos.

El ego humano no es tan instintivo como el de los animales, a ellos les ayuda a mantenerse en estado normal y natural. El ego del hombre lo empuja a hacerlo todo y quiere suprimir y someter todo lo que existe.

Al deseo de los animales no lo llamamos «egoísmo» porque matan y comen a su propia especie, sólo cuando tienen hambre. En el hombre, sin embargo, se manifiesta más allá de sus necesidades animales.

De una generación a otra, el ego humano crece, a diferencia del de los animales. Por eso, llegó a un estado en el que ya no puede hacer nada con su ego, comenzó a destruir las conexiones en la sociedad e incluso en la familia. El ego se volvió perverso, no el motor que nos ayuda a avanzar, sino un destructor, como lo fue en la antigua Babilonia.
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De Kabtv «Fundamentos de Cabalá», 7/ene/19

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