Descendiendo para elevarnos

Baal HaSulam, «La Libertad»: Sin embargo, cuando él consigue el objetivo de la Creación y el Creador recibe placer de él, puesto que Su voluntad se lleva a cabo, la esencia del hombre, que se inviste en la satisfacción de Él, se le concede la eternidad completa, como la de Él. Así, él es recompensado con la libertad del ángel de la muerte.

Baal HaSulam explica la libertad en el contexto de la percepción de la realidad. Vivimos en un mundo de fuerzas. No hay materia, esta sólo se nos representa bajo la influencia de las diferentes fuerzas que estabilizan para nosotros este sentimiento.

Yo percibo la naturaleza inanimada en todas sus formas y maneras y también los niveles vegetativo, animado y humano de la naturaleza. Estas cuatro categorías que llenan mi campo de sentimientos son las fuerzas que se representan en mi deseo y que dibujan, como en una pantalla, la imagen de las tres dimensiones, la variedad del mundo.

Esto sucede debido a mi deseo de recibir divide el otorgamiento general, llamado Luz, en muchos tipos y grados de reacciones internas. En general, este construye la imagen del mundo en el cual yo me siento y veo todas estas acciones.

Así que desde el principio se me dio una sensación para la cual no tengo que prepararme. Ya tengo el deseo de recibir y dentro de él, yo siento el mundo. Además de eso, veo procesos a gran escala en la naturaleza inanimada, vegetativa y animada, y también en medio de estos niveles. En realidad se trata de nuestro mundo interno, pero tomamos los nombres de los objetos y fenómenos de este, del nivel más bajo de acuerdo al principio de rama y raíz.

Cuanto más me eleve, más me acerco a la Luz a través de las capas de mi deseo. En el lugar más bajo yo veo la imagen de este mundo. Entonces me elevo al siguiente nivel, a los deseos que están más cerca de la Luz, y estas fuerzas están ante de mí en forma de Partzufim, mundos, y Sefirot. Entonces veo la conexión entre la rama y la raíz de todo, y en consecuencia yo nombro la forma que siento como deseos y relaciones entre las fuerzas con nombres paralelos de nuestro mundo. Así se forma el lenguaje de las ramas.  

Con el ascenso al nivel espiritual, mis deseos cambian. En otras palabras, yo cambio, y por lo tanto me elevo al nivel de semejanza y de ser parcialmente igual al Creador. Incluso si este es sólo el primero de los 125 pasos (1 / 125), yo ya vivo en este grado. En el siguiente nivel ya vivo en el grado 2 / 125. Esto significa que tomo una forma que no desaparece. Todo está dirigido hacia el otorgamiento, a ser similares a la Luz. Yo estoy adherido a ella. Yo soy la vasija misma que ésta llena. Por tanto, estoy ya en la eternidad, en el Creador. He entrado en Su dominio con mis deseos, y este es un ascenso al nivel de la vida, es la escapatoria del «ángel de la muerte».

Al mismo tiempo, no me molesta que mi primer nivel esté en mi percepción todo el tiempo, hasta el final del ascenso. Tengo que bajar a él y permanecer en él, porque cuando corrijo mis deseos, es a partir de este nivel que tengo que empezar a ascender en cada momento. No puedo elevarme a partir del nivel espiritual actual al próximo nivel. Yo debo descender y aceptar una adición de deseos corruptos y luego elevarme al mismo deseo en un nivel superior.

Todos los deseos corruptos crecer desde el lugar más bajo. Por lo tanto, aunque las fuerzas en la pantalla de mis deseos también representan la imagen de este mundo, esa imagen tiene que estar constantemente ante de mí todavía. Es al sentirla que yo puedo elevarme a cada uno de los grados de la escala que conduce al Ein Sof.

(66147 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/12/12, «La Libertad»)

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