Deseo: motor de la historia

Pregunta: Después de leer su libro El destino de la humanidad (Судьбы человечества) cuyo coautor fue V. Hachaturyan. Entendí con deleite ¡lo claro que usted expuso las fuerzas en el desarrollo de la historia mundial! Pero hasta hoy, mis amigos no creen que la historia esté impulsada por el deseo individual ¿cómo les puedo explicar esto?

Respuesta: Hay dos fuerzas en la creación: la Luz y su opuesto, el deseo. La Luz es la fuerza de otorgamiento, amor y plenitud. La sustancia opuesta es el deseo de recibir.

¡Aparte de estos dos componentes, nada más existe! Todo lo demás viene de la yuxtaposición de estas dos fuerzas y existe entre ellas: el mundo, la historia mundial, cualquier cosa que puedas nombrar.

No importa lo que construyamos o creamos, todo está formado de dos fuerzas opuestas: electrón y positrón, más y menos, norte y sur, etc. Estas dos fuerzas existen dentro de todo lo que se crea, dependiendo de qué nivel y en qué grado interactúan entre sí. El uso correcto de ambas fuerzas, en principio, brinda comodidad, salud, etc.

El Creador se llama fuerza de otorgamiento, el ser creado es la fuerza de la recepción. Un individuo está formado de ambas fuerzas. La fuerza del Creador actúa como fuerza vivificante porque el deseo de recibir (ser creado) está completamente muerto, como ceniza, sin ningún signo de vida. Pero, gradualmente, a medida que la cualidad de otorgamiento entra en él, todo empieza a existir para él. Así es como el universo y todo lo que está dentro de él se hace realidad.

Cabalá investiga ambas fuerzas en todos los niveles: inanimado, vegetal, animal y humano. Más alto que el nivel «humano», es decir, el humano espiritual, nada existe. Cuando comienzas a entrar en el material y sientes la interacción de ambas fuerzas, descubres absolutamente todas las posibilidades de logro: ves de dónde viene todo y comprendes la historia mundial.

En todo, los cabalistas ven todas las combinaciones posibles de ambas fuerzas. Cualquier forma, cualquier apariencia, todas las fuerzas de la naturaleza existen una contra otra. Ninguna fuerza se manifiesta como puramente positiva o sólo negativa; ¡esto no puede ser! No existen fuera de su interacción entre ellos porque de lo contrario, no las sentiríamos; no se manifestarían. El deseo de recibir existe solo porque es traído a la vida por el deseo del Creador de dar, satisfacer, saciar.
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De la lección de Cabalá en ruso 16/jul/17

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