Diez razones por las que los niños no desean ir a la escuela

Pregunta: Un estudiante de 11 años de edad, listó diez razones por las que los niños no quieren ir a la escuela. Nos gustaría escuchar su opinión sobre estas razones.

La primera razón es el maestro. Cuando llegan por primera vez a la escuela, inmediatamente tratan de infundir miedo en los estudiantes para con el maestro. ¿Debería uno tener miedo al maestro o es necesario sustituir este miedo por alguna otra palabra? 

Respuesta: Yo tuve una maestra en la escuela de primaria, muy amable, joven. Iraida Konstantinovna. 

Pregunta: Por alguna razón, recordamos a nuestros primeros maestros. ¿Es como el primer amor? 

Respuesta: Sí. Por lo que no sé cómo es posible odiar o tenerle miedo a esa persona. Ella era sólo una amiga, un adulto mayor, una consejera. Nos cuidó. Es la mejor actitud hacia un niño. 

Pregunta: Entonces, cuando el estudiante escribe que hay diez razones por las cuales no querer ir a la escuela y la primera razón es el maestro, porque enseña a tenerle miedo, ¿realmente es esta la primera razón? 

Respuesta: Es posible que así sea en la educación actual. Nosotros no tuvimos eso. La apreciamos y le amamos, como a una gran amiga o incluso, como a una madre. 

Comentario: Quiere decir que un maestro debería ser un amigo. 

Mi Respuesta: Sí. Sólo eso. Estamos hablando de niños pequeños. 

Comentario: La segunda razón es el miedo a los grados. Se infunde miedo a las calificaciones y así, el miedo al castigo de los padres frente al director de la escuela, etc.   

Mi Respuesta: La calificación misma no significa nada. Pero el miedo al castigo por supuesto que dice mucho. 

Pregunta: ¿Aún así, se necesita calificar? 

Respuesta: En principio, la calificación no se requiere. Se necesita una escuela que enseñe la correcta actitud hacia el mundo, la vida, los amigos, los maestros y los padres. Y cuando se aprendió, no son necesarias las calificaciones que se obtienen, sino más bien, los grados que se dió uno mismo.  

Pregunta: ¿Se puede pedir tal cosa, aún cuando se trata de un niño pequeño? 

Respuesta: Debemos luchar por ello. Explicarlo para que ellos mismos pongan esa calificación sobre las materias, los libros de texto, en sus supervisores, etc. 

Comentario: Un niño puede decir: “Hoy estuve fuera de forma. Lo tendría que haber leído, trabajar un poco más en eso”.  

Mi Respuesta: Eso está bien. 

Pregunta: Miedo al error. Las escuelas no enseñan que se pueden cometer errores y que se debería incurrir en errores. Es un chico de once años quien está diciendo. ¿Piensa usted que se deberían cometer errores?  

Respuesta: Estoy de acuerdo con él.  

Pregunta: Entonces, ¿es algo importante un error? ¿Es necesario incurrir en errores? 

Respuesta: Es inevitable. 

Pregunta: ¿Y qué pasa si estoy mal? 

Respuesta: Está bien. Se arreglará. Se aprenderá incluso más de ésto que del hecho de que se haga algo sin equivocarse. 

Pregunta: ¿Así que incluso es más importante que moverse inequívocamente?

Respuesta: Cometemos errores y nos corregimos todo el tiempo. Hay errores y hay corrección. 

Comentario: Cuarto: chismorreo, burla de los compañeros de clase. Y es a menudo falla de los maestros, que hacen ver como ridículos a los niños. Es un golpe al “yo” del niño… 

Mi Respuesta: Si el niño está en una sociedad como esa, hay que enseñarle a que se relacione apropiadamente con la sociedad, con el entorno. Explicarle que sí se puede y que así es y que así será, hasta que se corrija nuestra naturaleza, que eso se encuentra en la naturaleza del hombre y le obliga a ponerse por encima de los demás a cualquier precio. 

Pregunta: Y el hecho de que ahora esté siendo humillado, ¿es la naturaleza humana?

Respuesta: Sí, es la naturaleza, no se puede hacer nada. Y hay que entender esa naturaleza y de alguna forma, de alguna manera, olvidarlo, aceptar que así es. Y posiblemente así, de esta forma, se corrigen. 

Pregunta: ¿Se debe descubrir que también esa es mi naturaleza, exactamente la misma y que es posible hacer lo mismo como los otros? 

Respuesta: Sí. Naturalmente.

Pregunta: En otras palabras, ¿pretende usted que se enseñen los términos “naturaleza humana” y “egoísmo humano”, casi desde la primaria, para que la persona sienta? 

Respuesta: E incluso antes. 

Comentario: La siguiente razón: exámenes estúpidos. Porque no tienen una variedad de respuestas, se necesita adivinar una de las respuestas propuestas. 

Por ejemplo, hay una pregunta y cuatro respuestas para ella y dice: “Marca la que es correcta”; y el chico dice: “Y yo quiero que haya otra opción, mi respuesta propia”. 

Mi Respuesta: Él tiene razón. 

Pregunta: ¿De modo que los exámenes estadounidenses que no dan la opción de “tu propia respuesta”, están mal? 

Respuesta: Sí.

Comentario: La sexta razón: la cantidad de tareas. “Pienso que no depende de la tarea el desempeño académico ni la educación de los niños”, comenta el chico de once años de edad.  

Mi Respuesta: Creo que la tarea causa descontento y odio por la escuela.  

Y por lo tanto, no es necesaria. Sólo se necesita que la persona vaya ahí, sin importar lo que le enseñen y tampoco cómo le enseñen: quizá peor, mejor, más o menos lindo, pero que de ahí ya salga sin cargar con tareas. 

En lugar de tarea, debería haber absolutamente tiempo libre. Debe tener también cierta agenda, pero con la libre elección propia de en qué desea ocuparse.   

Pregunta: ¿Únicamente consigo mismo? ¿Así justamente debe encontrar su lugar? 

Respuesta: Sí, todos somos diferentes en algo. Teníamos un montón de clubes en ese tiempo. Había una gran Casa de Pioneros, un gran número de sociedades y todas ellas eran sin costo. Un chico llegaba y se registraba donde quería. ¡Incluso en varias al mismo tiempo! Llegaba y aprendía. Y no pagaba nada. Yo también asistí al Club de fotografía. Tanto el papel fotográfico como los reactivos del revelado eran gratuitos. Absolutamente todo era sin pagar. ¡Qué maravilla!  

Comentario: Y la forma en que los maestros nos trataban ahí, ¡era tan cálida! 

Mi Respuesta: Sí. Las personas con tales características trabajaban ahí. 

Pregunta: ¿Dónde quedó todo eso? ¿Qué estuvo mal? 

Respuesta: ¡No son los mismos tiempos! Se nos vino esta racha. 

Comentario: La siguiente razón es que se prohíbe la singularidad. Las escuelas no aceptan que alguien sea diferente a los demás. 

Mi Respuesta: Por un lado, parece que lo promueven. Pero, por el otro lado, no les gusta. 

Pregunta: ¿Debería tener un niño este derecho a la singularidad? 

Respuesta: No sólo el derecho a la singularidad, sino también que se fomente la singularidad dentro del colectivo, incluso con los amigos. Esto se debe entregar. De otra forma terminará anulado y solo, estará sombrío.  Educar mediante la verdad

 

Comentario: “La escuela no enseña a ser feliz”, dice el niño de once años. 

Mi Respuesta: ¡Eso por seguro! En la escuela actualmente sólo demuestran cuánto la torpeza, la obediencia y la represión de la felicidad, son un estado normal.  

Pregunta: ¿Entonces el lema de la escuela debería ser “Tenemos que  enseñar a los niños a ser felices”? 

Respuesta: Sí. Tenemos que formar personas felices. 

Comentario: “La escuela no enseña a trabajar con la información”, se suma a la lista. 

Mi Respuesta: Esta es toda una sabiduría, una enorme, que debería inspirar a los chicos. 

Pregunta: ¿Qué le ofrece esta capacidad a un chico?

Respuesta: A uno le enseña a abrir el propio cerebro, corazón, mente y sensaciones a la información que llega para poder procesarla, clasificarla y prepararse a recibir la siguiente porción de información.  

Comentario: La décima razón: “La escuela no prepara para la vida adulta”, cree el chico. 

Mi Respuesta: Pienso que nada puede preparar para la vida adulta. Simplemente nos lanzamos, como si nos metiéramos a una lavadora y eso es todo; y ahí estamos nadando, cada quien a su manera. 

Pregunta: ¿Y cuál es la preparación para la edad adulta? 

Respuesta: Aquí se necesita crear imágenes especiales de la vida, totalmente claras, realistas. 

Pregunta: ¿En la escuela? ¿Directamente a los niños? ¿Y así aprenden a salir de ellas, trabajar con ellas, etc.? 

Respuesta: Sí, para discutirlas y demás. Por otro lado, darles ciertas improntas, pero reales. Por ejemplo, “¿Qué harías tú si….” y dar la historia. 

Comentario: La conclusión de este chico es muy interesante. Dice: “Creo que el tema principal en la escuela podría ser una materia en la que se nos enseñe a entendernos unos a otros. Al final, la capacidad de comunicar es lo más importante”. 

Mi Respuesta: Háganlo Ministro de Educación Escolar y listo; y regresen a la escuela a todos estos ministros. 

 

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