El alma es la unidad de la oscuridad y la luz

 v_okno_100_wpTodo proviene del Creador, la Fuerza Superior. La Luz y la oscuridad proceden de Él, como está escrito: “Él, que crea la Luz y la oscuridad”. Cuando tengo el deseo de revelarlo, tengo que tomar estas dos fuerzas y unirlas correctamente. Ahora mismo parecen ser opuestas y no veo cómo es que dos fuerzas opuestas pueden originarse de una fuente: por ejemplo, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la impureza (Klipa) y la santidad, que se encuentran trabadas en una lucha constante.

¿Entonces, cómo será posible unirlas? En nuestro mundo, a menudo vemos cualidades y acciones que son diametralmente distintas, unas que son maravillosas y buenas y otras, son malas repulsivas, horribles. ¿Cómo es posible combinarlas y atribuirlas a una sola fuente: el Creador?

En la espiritualidad este cisma y diferencia entre cualidades es mucho más grande que en nuestro mundo. Sin embargo, tenemos que crear un sistema interno que conecte a las fuerzas opuestas, porque así es como existen realmente, en paz y armonía, una complementando a la otra. Ninguna de ellas puede existir sin la otra.

Al establecer este sistema dentro de mi mismo, empiezo a entender su raíz, a ver de dónde viene esta oposición y lo que realmente sucede. Aún no lo entendemos. Para nosotros no tendrá sentido hasta que adquiramos la capacidad de edificarnos nosotros mismos arriba del Majsóm, en la espiritualidad. Hasta entonces, podemos estar en un extremo o en el otro, o separados de ambos, pero podemos estar en unidad y armonía con las dos fuerzas.

Cuando trabajo para unir dos fuerzas opuestas dentro de mi, construyo un punto de contacto entre ellas, un sistema en donde se unen a pesar de ser opuestas. Ninguna suprime a la otra, como ocurre en nuestro mundo; más bien ambas llegan a la armonía completa. El espacio que construyo dentro es mi “yo”, mi alma, que es igual al Creador.

El Creador es uno, pero con respecto a mi, Él se divide en dos fuerzas, una positiva y otra negativa, un más y un menos. Conecto estas dos fuerzas dentro de mí en un solo sistema, y resulta que el sistema que establezco entre el más y el menos es totalmente igual al Creador.

De esta forma, alcanzo al Creador a través de Sus acciones. Por consiguiente edifico dentro de mí un ser humano que es semejante al Creador. Yo soy único en el sistema de Maljut y yo soy semejante el Creador en el sistema de Keter. Todo nuestro trabajo consiste en alcanzar esta equivalencia.

(Extracto de la lección sobre El libro del Zohar, correspondiente al 10 de diciembre 2009.)

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