El antisemitismo como una exigencia de atención y de amor

Dr. Michael LaitmanLa fuerza de la unidad es una fuerza de la naturaleza que pasa a través de un determinado proceso de cambios. Hoy en día, esta fuerza afecta a la Tierra y nos obliga a todos a unirnos. Todo el sistema debe integrarse, conectarse a través de todas sus partes. Además, tiene que ser global, extendiéndose por todo el mundo.

Debemos alcanzar este estado. Pero de toda la población mundial, sólo el pueblo de Israel ha vivido alguna vez en este estado de unidad y ha alcanzado el equilibrio con niveles inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza, y con la fuerza superior general. El resto de la humanidad no ha tenido esta experiencia.

Esto sucedió hace dos mil años, cuando la nación de Israel, viviendo en la tierra de Israel, construyó el Primero y Segundo Templo. Fuimos llamados el pueblo de Israel a causa de nuestra orientación directo hacia el Creador, Isra-el, Yashar-Kel, directamente hacia la unidad, la armonía y el amor fraternal por los demás.

Hoy en día el mundo entero está sufriendo debido a la presión externa de la fuerza superior que está acercándose a nosotros. Israel no quiere este enfoque, no quiere estar en un estado de destrucción, expulsión espiritual de esta fuerza superior, de la conexión con los demás.

Por lo tanto, el resto de la humanidad siente que Israel no está cumpliendo con sus obligaciones: Israel no les pasa a las otras naciones esta fuerza superior, el método de la unidad, no es Luz para los demás, no les enseña cómo vivir en conexión y unidad. Nosotros no nos damos cuenta que nuestra misión es llegar a ser «un reino de sacerdotes y una nación santa», maestros de toda la humanidad.

Inconscientemente, el mundo entero está esperando esto de nosotros. El mundo odia a los judíos, puesto que ellos no les traen el bien y por lo tanto causan sufrimiento. Todas las naciones acusan a Israel de ser la fuente de todos los males. De esta manera, quieren decir que Israel tiene la oportunidad de convertirse en una fuente de bien para el mundo, pero no lo hace.

El antisemitismo es la evidencia de que todas las naciones se sienten dependientes de Israel. Imaginen qué condición tan seria es esta. Es como si cayeran en completa dependencia del vecino que ha reunido un informe completo acerca de ustedes y tuviera la oportunidad de contarles a sus familiares y amigos todos sus secretos, todos los crímenes que han cometido en sus vidas.

Él mantiene este informe en su lugar y va revelando gradualmente los hechos a partir de él, trayéndoles a ustedes un terrible sufrimiento aquí y allá. Y lo hace deliberadamente, como un criminal inteligente y astuto, sin dejarlos en paz ni de día ni de noche, y atormentándolos día tras día.

¿Cómo se sentirían en esta situación? ¿Puede llamársele vida a esto? ¡Su vida sería peor que la muerte! Se convertiría en un sufrimiento continuo, renovado, cada momento en el que no saben qué esperar. Eso es lo que sienten las naciones del mundo, y día tras día esta sensación va en aumento.

Pregunta: ¿Qué causa exactamente que el mundo se sienta así con respecto a Israel?

Respuesta: La razón es que el pueblo de Israel no está unido. Tenemos que unirnos, y luego fluirá a través de nosotros la fuerza superior unificada e influirá en el mundo, llevándolo al orden.

Le hacemos daño al mundo por nuestra desconexión entre nosotros, dado que la fuerza superior del bien no puede fluir hacia el mundo a causa de nosotros. No le enseñamos al mundo cómo estar en buenas relaciones con los demás. El mundo entero tiene que organizarse en un sistema global: las personas tienen que conectarse entre ellas con buenas relaciones y volverse como un cuerpo, como un hombre con un corazón.

El pueblo de Israel debe dar este ejemplo, mostrarle su unidad a todo el mundo, y ayudarles a los demás a unirse en la misma forma.

(141627 – Del Kab.TV «Una nueva vida» del 12 de Agosto del 2014)

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