El Árbol de la Vida

laitman_2005-03_ba-park_0214_wp[1]Zóhar, Capítulo Metzora, Punto 20) “Es árbol de vida para los que a ella están asidos, y felices son los que la sustentan”. El árbol de la vida es la Torá, un árbol alto y majestuoso. Ella se llama Torá porque nos instruye y nos revela lo que estaba oculto y nos era desconocido. A ella se le llama “vida” porque toda la vida superior está incluida en ella y se origina de ella.

“Tora” significa la Luz que Reforma y, por ello, que retorna a la fuente. La Cabalá atrae esta luz.  La Luz influye en nuestra intención y la transforma de una intención egoísta primaria y natural  a una intención de otorgamiento. Con el cambio de la intención, nuestro deseo cambia su dirección: de nosotros, al prójimo, de la recepción, al otorgamiento.

El deseo en sí mismo, no es ni receptor ni otorgante, todo se define por la intención. En la medida de la semejanza con el Creador en la intención de otorgar, estamos descubriendo al Creador, a la Luz que llena.

La corrección de las intenciones de los deseos se llama el cumplimiento de los mandamientos, de las órdenes del Creador. Cuando corregimos las  613 intenciones de “para mí mismo” a “para el otorgamiento”, a esto se le llama el cumplimiento de los 613 mandamientos. 613 luces, “613 consejos” (TARIAG eitin) nos corrigen, y después nos llenamos en estos 613 deseos con 613 luces.

“Isra-el” (que significa “directo al Creador”), el que intenta llegar al Creador, se corrige y se llena. Zeir Anpin del mundo Atzilut se llama el árbol e la vida, porque nos trae la luz de la corrección.

(Extracto de la lección sobre El libro del Zohar, correspondiente al 07 de febrero 2010)

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