El camino hacia la paz

aaaaPregunta: Nosotros deseamos mucho la paz en Israel y esta no llega. ¿Qué es la paz en general? Y ¿cómo podemos llevarle la paz a Israel?

Respuesta: En primer lugar, paz (Shalom – שלום) es plenitud (Shlemut – שלמות). Y la plenitud para Israel siempre ha sido la plenitud interna (Hashlama – השלמה).

El patriarca Abraham sacó de Babilonia a quienes lo apoyaron y les hizo un llamado para que fueran un «pueblo», es decir un grupo de personas que viven de acuerdo a las leyes de la propiedad de misericordia en amor y unidad mutuos. Y alrededor de 5.000 personas lo siguieron, según Maimónides. Un pequeño grupo de babilonios fue atraído hacia el otorgamiento hace alrededor de 3.500 años.

Abraham les enseñó que debían conectarse entre ellos. Después de eso, Isaac y Jacob continuaron con en esta misión, y en última instancia, nuestros antepasados ​​ se convirtieron verdaderamente en una nación. Esto sucedió debido a que ellos tomaron realmente sobre sí mismos los requisitos: «No hagas a tu amigo lo que es odioso para ti», «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», y «Todo Israel son garantes el uno del otro».

«Y amarás a tu prójimo como a ti mismo» es llamada la «gran regla general en la Torá». Esta es la base de la nación, su constitución y la ley fundamental según la cual existe. El grupo de Abraham fue separado del mundo entero específicamente para unirse y vivir de acuerdo a esta regla general.

¿Cuántos persiguieron este pequeño número de personas y por qué no intentaron? Las diez tribus desaparecieron y aquellos que quedaron fueron dispersados por todo el mundo. Ellos atravesaron innumerables problemas y fueron perseguidos una y otra vez, hasta regresar a la tierra de Israel.

Entonces ¿qué hubo de malo en este cambio?

Durante el período del exilio, el odio de las naciones del mundo nos conectaba externamente de alguna manera. Debido a ello, nos conectamos juntos, nos apoyamos, y nos ayudamos mutuamente.

Pero en la tierra de Israel no sentimos el dominio de las naciones del mundo sobre nosotros, y ahora es como si nos faltara esta animosidad y nuestro propio odio interno tomó su lugar.

En principio, después de ser liberados de la constante presión, tendremos que vivir aquí como un verdadero pueblo de Israel en la tierra de Israel y de acuerdo a la ley del amor y la unidad. Pero no pasa nada e incluso nadie está pensando en esto, ningún sector está pidiendo esto. En una ocasión, el odio infundado nos llevó a la destrucción del templo y nos dispersó por todo el mundo; ahora existen los mismos problemas y nos acompaña el mismo odio en nuestro regreso a la tierra.

Debido a la brecha en la conexión entre nosotros, nosotros ya no somos un pueblo. Nos volvemos un pueblo sólo si estamos unidos por el poder del amor mutuo. Esta es la condición, y mientras no haya amor entre nosotros, no existe la nación de Israel.

Las otras naciones surgieron en diferentes lugares del mundo de acuerdo a las condiciones locales, sobre la base de las tribus locales, pobladores, etc. La creación de cada nación está basada en una historia y una geografía comunes, es decir, en fundamentos terrenales.

Nosotros no nacido de esta manera. Fuimos creados sobre una base ideológica y nos separamos del mundo entero de acuerdo a una idea que es opuesta a la de los demás, al mundo entero. Esta es la diferencia fundamental, nuestra característica original.

Como resultado de esto, nos desarrollamos y vivimos de forma diferente. Toda nuestra historia es diferente a la plantilla habitual. Todos aquellos que nos rodean siempre se relacionaron con nosotros como con un cuerpo extraño, como con una extraña adición que «no era de este mundo». Hubo incluso teorías de que veníamos de otro planeta.

¿Cómo sucedió que hoy nos hemos «vuelto locos» a tal punto que soñamos con la paz sin unirnos como el pueblo de Israel en su propia tierra?

De hecho, la separación y la división habitan entre nosotros, y siempre, en circunstancias como éstas, estamos rodeados de «lobos» que quieren acosar a las «ovejas» que riñen entre sí. Así es como ha sido siempre. Entonces, ¿qué estamos esperando? Si miramos el estado presente entre las personas en la nación de Israel y lo que sucedió hace dos mil años, vemos el mismo cuadro.

La historia es conocida, las causas han sido definidas, y todo está trazado ante nosotros. Pero estamos a la espera de algo proveniente de los palestinos, maniobrando entre los intereses políticos de las naciones cercanas y lejanas, y ¿para qué? Sin duda esto no es de nuestro interés.

En el momento en que nos unamos, alcanzaremos la plenitud en las relaciones entre nosotros y educaremos a las personas sobre la base de esos principios fundamentales. Como resultado de esto, alcanzaremos la paz.

De hecho, somos un pueblo en cuanto a la idea, y hay que ponerla en práctica. Cuando caímos desde el nivel del templo, es decir, desde el amor y la unidad entre nosotros, todo fue destruido y fuimos arrojados al exilio. Esto significa que sólo el amor hará posible que nos elevemos de nuevo al nivel del templo, al nivel de paz y bienestar.

De hecho, estos son los cimientos de nuestra historia, que son bien conocidos por nosotros. Por lo tanto, pedir la paz e intentar llegar a un acuerdo con los palestinos no tienen sentido. Cuando actuamos de esta manera, estamos tomando el enfoque habitual de las naciones del mundo, utilizando medios externos para resolver problemas de naturaleza interna. Esto nunca ha funcionado y nunca funcionará. Después de todo, las naciones del mundo están siempre tratando de aniquilarnos.

Pero podemos volvernos mucho más fuertes que ellos y ganarles a todos nuestros enemigos sólo si nos unimos y estamos verdaderamente unidos. No debemos ser como los frutos secos empaquetados en una bolsa por nuestros vecinos que nos oprimen desde todas las direcciones y nos recuerdan acerca de la unidad, aunque sea artificial. De lo contrario, simplemente nos destrozarán.

Así que no hay nada más importante que la educación de las personas. Nosotros debemos explicarles a las personas que el buen futuro depende de ellas. El único requisito para la paz del pueblo de Israel es la unidad dentro de sí mismo.

Si nos enfocamos en las relaciones entre nosotros y aprendemos a cultivarlas y mejorarlas, todos los que nos rodean se relajarán. Los disturbios se detendrán debido a que todos estarán esperando el momento en el que finalmente lleguemos a la paz entre nosotros. Inconscientemente, esto es lo que están esperando las naciones del mundo.

Además, ellas están esperándonos para mostrarles cómo hacer esto y cómo puede alcanzarse la plenitud del ser. Lo qué quieren de nosotros es un ejemplo de unidad nacional resultante del amor mutuo, un ejemplo de una estructura económica y nacional basada en este principio. Ellas quieren que construyamos el país sobre la base de amor y otorgamiento, no con base en la competencia, la lucha, y el odio.

Después de mostrarle todo esto al mundo, nos convertiremos en una «luz para las naciones». Entonces ellas querrán recibir y copiar esto de nosotros.

Esto es lo que el mundo está esperando durante la crisis global e integral que nos afecta a todos. Simplemente no hay otra opción para el mundo, ya que esperanza un medio y un ejemplo que muestre qué hay que hacer. Nosotros podemos proporcionarle específicamente este ejemplo al mundo.

Pregunta: ¿Qué debe hacer la nación de Israel si el mundo está castigándola constantemente? «Sus vecinos también quieren vivir», dicen. «Denles la oportunidad de proclamar por su cuenta el estado y luego firmen un tratado de paz con ellos».

Respuesta: El trasfondo es diferente: «Ustedes tienen barcos en los puertos. Móntense en ellos y aléjense de nuestra tierra. Nosotros los llevaremos a algún lugar en medio del océano, si no se hunden en el camino, por supuesto. Los dejaremos en alguna bella isla y vivirán en paz».

De hecho, algo similar ya ha sucedido. Esto es específicamente lo que ellos quieren y esto es lo que significa. Pero veremos cómo progresan rápidamente las cosas en esta dirección si no comenzamos por nuestra parte el proceso de conexión de nuestro pueblo. El pueblo de Israel debe iniciar la corrección del mundo y darles a todos el ejemplo de cómo debe verse la sociedad humana del futuro.

Pregunta: ¿Y qué pasará si nos aíslan en el ámbito internacional? En la era moderna, el boicot es un arma seria.

Respuesta: No les ayudará si actuamos de acuerdo a la nueva naturaleza, al atributo de otorgamiento. En este caso ningún boicot egoísta tendrá éxito. Sólo será posible que estemos en silencio preocupados por las cosas esenciales y no sentiremos ninguna carencia de nada.

No se preocupen por la economía, sobre todo porque hasta hoy nadie sabe de acuerdo a qué leyes opera ésta. Yo no le tengo miedo a nadie. Sólo temo por el pueblo de Israel que regresa a la tierra de Israel: ¿Cuándo querrá ser finalmente una nación en el sentido pleno de la palabra?

Pregunta: Así que todos están contra nosotros. No hay razón para mirar a los demás; vengan, encarguémonos de nuestros problemas internos.

Respuesta: Por supuesto, esto no significa que debamos huir de todo el mundo de manera desafiante, negando lo que ellos dicen y cortando todas las conexiones. En primer lugar, depende de nosotros el preocuparnos por nuestro pueblo. Es necesario que cuidemos de la política, pero sobre todo, el 99% de nuestros esfuerzos debemos enfocarlo en educar a la gente. De hecho, en realidad no es el poder, ni el dinero, ni un ejército lo que domina al mundo.

Pregunta: Siempre pensamos que para vivir en paz teníamos que hacer la paz con nuestros vecinos. Y decimos que la paz comienza por nosotros, por lo que está latente en nosotros.

Respuesta: Esto se entiende. De hecho, no necesitamos buscar en absoluto formas de hacer la paz con nuestros vecinos. Es suficiente con que hagamos la paz entre nosotros. Toda la humanidad nos mirará con asombro: «¡Caramba! ¡Nosotros también queremos que esto!» La gente sentirá repentinamente un deseo vivo por esto.

En efecto, las naciones del mundo querrán aprender de nosotros; pero mientras tanto, no hay nada que aprender. Por el contrario, nosotros estamos tratando de tomar un ejemplo de ellos en vez de servir como un ejemplo para ellos. Esta es la razón por la cual nos odian.

Nuestra misión es mostrar qué es la Luz, la cual es una vida de verdadera serenidad, otorgamiento mutuo, y amor, que se dice que es la base necesaria para nuestra existencia.

Si el mundo es perfección, entonces la Luz es el poder de otorgamiento y amor que nos trae esta perfección.

Pregunta: ¿Cómo podemos fomentar el amor entre un pueblo que está dividido en miles de facciones?

Respuesta: Comiencen a enseñarles hasta que entiendan que la separación y la fragmentación los perjudica a todos a lo largo de cualquier eje. Las personas se conectarán entre sí por encima de todas las diferencias. Esta es la forma en que los padres aman a sus hijos. No hace ninguna diferencia cuán diferentes sean entre sí. Todos ellos son diferentes y todos son iguales, como una persona con un corazón.

(138581 – Del programa «Una nueva vida» del 4/10/2014)

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