El Creador escucha el deseo de la mujer

42_100_wpNukva (el deseo femenino) recibe todo de Zeir Anpin (su esposo) incluyendo la Luz de la corrección, que hace de ella un recipiente (Kli) llamado “la noche”, y la Luz del Llenado, que la llena cuando ella alcanza el estado de adultez y recibe Luz del otorgamiento que se llama “el día”. Las horas del día son diferentes estados en que ella recibe Luz para otorgar en diversos grados.

El tiempo es el cambio de la iluminación dentro de Nukva, dependiendo de hasta qué punto, está preparada para la unión con Zeir Anpin y cuánta Luz de Corrección recibe de él. O sea, que el tiempo son las etapas de la corrección de Nukva, que tiene que pasar poco a poco. Ella no determina qué etapa está pasando, sólo determina la velocidad a la que se efectúan estos cambios.

Después de la mañana obligatoriamente llega el medio día, y después del medio día, la tarde, y después la noche; este orden no se puede cambiar. Pero la velocidad a la que los estados se van a reemplazar, depende solamente de su petición (Hitaruta de Letata: despertar desde abajo). Si ella no quiere, desde arriba no llegará nada.

Tal ley funciona también en el mundo espiritual, en las relaciones entre el inferior y Superior, el Creador y la creación. Y lo mismo vemos en el nuestro mundo. Nos parece que el deseo masculino rige el mundo, pero en realidad, todo lo determina el deseo femenino. Es precisamente su deseo lo que origina los cambios en el mundo.

(Extracto de la lección sobre El Libro del Zohar, correspondiente al 28 de diciembre 2009).

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