Opinión (Michael Khazin, economista, de km.ru): «Desde el final de siglo XIX puntos de vista de la ‘izquierda’ se han desarrollado bajo la fuerte influencia de Karl Marx, quien creó una descripción sistemática y global del mundo entero a partir de Adán. ….Historia, filosofía y economía política, todo ello fue transmitido en un lenguaje «transparente», que creó un enfoque muy atractivo y convincente, cuya autoridad aumentó constantemente hasta la década de 1980″.
«El mundo capitalista, sin embargo, no tuvo un enfoque unificado «transparente», por lo que este decidió crearlo en forma de resistencia ideológica, la cual fue iniciado pero no tuvo éxito, y la crisis ideológica actual es un ejemplo de esto».
«Dado que la resistencia ideológica no fue muy seria, algunos de sus principios básicos no estaban basados en construcciones filosóficas lógicas, sino que fueron más bien una negación rígida de los correspondientes ideales Marxistas. En particular, si el marxismo fue un resultado del fin del capitalismo, la base para el enfoque occidental es la suposición de que el capitalismo es infinito».
«[Sin embargo]… ya que el proceso de expansión de los mercados está limitada por el tamaño de la Tierra, ¡el proceso científico tecnológico está limitado por el tiempo y debe, por tanto, llegar a su final!»
«La crisis del declive de la eficacia del capital que ha estado sucediendo desde hace varios años, no puede llegar a su fin en un marco que preserve el modelo anterior».
«… Las crisis similares en el pasado, fueron superadas destruyendo la competencia y haciendo posible expansión. Pero hoy en día los mercados son globales y no es posible expandirlos».
«Todas las teorías incluyen el principio de capitalismo «infinito». Y esta es la tragedia del pensamiento económico «occidental» moderno: La crisis actual es el final del paradigma científico tecnológico, que en realidad no puede ser descrito utilizando su lenguaje».
Mi comentario: De aquí viene la idea de que es imposible describir el nuevo sistema económico mediante el uso de la terminología antigua, y mientras tanto nuestro pensamiento egoísta no nos permite pasar a los nuevos conceptos. Sólo el reconocimiento de su amargo final nos permitirá aceptar un nuevo modelo social: la producción integral, equitativa y razonable, y el consumo, como es descrito en el artículo «La Generación Futura» de la Cabalá.
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