Generalmente se acepta que todo depende del estado de ánimo de uno. Por ejemplo: si estoy de mal humor, salgo y todos están mal; si estoy de buen humor, todo el mundo a mi alrededor florece y está fragante.
Pero hay varios eventos que tienen lugar en el mundo, trastornos y revoluciones que existen incluso sin mis estados de ánimo. ¿Cómo debo sentirme al respecto?
Respuesta:
El problema es que no percibes el mundo como tú mismo. Te parece que existe fuera de ti, no se relaciona contigo y algo sucede en él independientemente de ti.
Esta percepción de la realidad es egoísta porque percibimos solo lo que nos interesa y no lo que sucede objetivamente, no sentimos el mundo tal como es.
El mundo es un reflejo interno de mi estado y nada más. ¡Nada más! Todo depende de cómo me perciba, este es mi mundo.
Si cambiara, me sentiría a mí mismo y al mundo de manera diferente. Es decir, es mi reflejo: si yo cambio, el mundo cambiará.