El riachuelo que riega las almas

laitman_2009-05-xx_ny_5054[1]El Zóhar, capítulo  Vaiera, punto 424: …El fruto de los actos del Creador es del río que fluye y sale del Edén, es decir ZA, y las almas de los justos. En otras palabras, su acción es las almas de los justos.

 Y esto es la fortuna de la cual todas las buenas bendiciones y las lluvias fluyen, tal como está escrito, “Para regar el jardín”. Fluye e irriga desde arriba hacia abajo porque los hijos dependen de esta fortuna y no de ningún otro lugar…

Todos nuestros escalones de ascenso y de corrección dependen de la “suerte” (Mazal): de las Luces que provienen de arriba “como gotas”, una tras otra, las cuales se exudan  de la cabeza de Arij Anpin través de su barba. Y como llegan con receso, tenemos  la posibilidad de corregirnos.

Las correcciones nos ocurren gradualmente, paso a paso, porque la Luz Superior llega a nosotros en porciones pequeñas porque el ser humano no puede liberarse de su egoísmo de un golpe. ¡No es posible porque es nuestra naturaleza!

Por eso, percibimos el agravamiento del corazón. Pasamos por encima de él, pero después llega otra vez, y otra vez pasamos por encima de él. Y de este modo “gota tras gota” recibimos las correcciones. 

Y todo esto debido a la revelación de las gotas de la Luz de Jojma que nos trae el riachuelo (Zeir Anpin) que fluye, sale del Edén (Bina) y riega nuestras almas.

(Extracto de la lección nocturna sobre el libro del Zóhar, correspondiente al 07 de abril 2010).

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