“El secreto para un año exitoso” en Ynet

Dr. Michael LaitmanEl secreto para un año exitoso

¿Alguna vez te has preguntado por qué ayunas? ¿Por qué vas a la Sinagoga en Yom Kippur? ¿Por qué vistes de blanco? ¿Por qué pides el perdón de un amigo al que has tratado mal? Para ser honestos con nosotros mismos, la razón es que en Yom Kippur todos queremos ser “no culpables” al menos en algo.

Aquellos que son ricos incluso compiten con la suma que pagan por el derecho a leer el Libro de Jonás en público, un bien conocido mérito para la riqueza y el éxito en los negocios en el año siguiente. Pero, ¿entienden por qué están pagando?

La historia de Jonás comienza con una misión que recibe de Dios para prevenir a las personas de Nínive que deben arrepentirse y cambiar el odio infundado que sienten entre sí hacia el amor fraternal. Hoy, la nación de Israel también tiene una misión, así como Jonás, de la cual no podemos huir. Es la misma misión que hemos tenido desde los días de Babilonia, desde el tiempo en que Abraham nos unió en base al amor de los demás, para que nuestra unidad sea un ejemplo para el mundo entero. Nuestro derecho a existir está en cumplir con este rol.

Hemos experimentado cómo esta ley de la naturaleza opera a través de toda la historia: cuando estamos unidos, prosperamos y el mundo prospera también. Cuando caemos en el odio infundado sufrimos golpes y el mundo se deteriora. Hemos fracasado en establecer la conexión entre nosotros a tal grado que no creemos que podamos alguna vez establecer buenas relaciones entre nosotros. Estamos llenos de aversión cuando escuchamos acerca de nuestra misión de ser Luz para las naciones. Hemos olvidado nuestra misión y cuando escapamos de ella, viene la tormenta.

La Tormenta

Jonás huye de su misión y escapa hacia un barco que zarpa. Su escape causa una tormenta y los marineros entienden que la razón de su sufrimiento es el judío que está a bordo de su nave. No toma mucho tiempo antes de que lo arrojen por la borda.

En el mundo global moderno, las naciones del mundo también nos culpan por cada crisis que hay. El destino de la nación israelí es inevitable. Los marineros de la historia cambian cada vez pero nuestro destino es el mismo. Si no despertamos y estamos de acuerdo con nuestra misión, llegará el momento en que seremos arrojados al mar.

El acuerdo

Jonás es arrojado al fondo del mar y es engullido por una ballena. Cuando completa la exploración de su alma acuerda cumplir con la misión que se le ha encomendado y sólo entonces el pez lo lleva a una costa segura, a Nínive.  

Así como Jonás, nosotros también somos portadores del método de conexión. Este gen nacional nos enlaza en una nación y no podemos escapar de ello. Cuando nos conectemos, estableceremos un ejemplo de unidad para todas las otras naciones. La única pregunta es, si cumpliremos con la responsabilidad que tenemos o si, Dios no lo permita, seremos arrojados a las profundidades del mar para que estemos de acuerdo en cumplir con nuestro rol.

Luz para las naciones

Nuestro rol es convertir el odio infundado que sentimos en amor de unos por otros. Pero, en lugar de ser Luz para las naciones, hacemos todo lo que está en nuestro poder para ser como todas las otras naciones. La aplanadora de la evolución, sin embargo, está haciendo que más y más personas y países sientan, subconscientemente, que los judíos son responsables de todos los problemas inminentes, entonces,  las naciones del mundo no mejorarán su actitud hacia nosotros a menos que cumplamos con nuestra obligación.

Yom Kippur, el cual es un tiempo de profunda exploración del alma, es una oportunidad para aceptar nuestra misión y decidir conectarnos y convertirnos en Luz para las naciones. Sólo entonces el alboroto global a nuestro alrededor se calmará y, toda la humanidad llegará a la paz y tranquilidad y, una Sukká de paz se extenderá sobre todos nosotros.

Un felíz año nuevo y que todos ustedes sean inscritos y sellados en el libro de la vida.

De la columna del Dr. Laitman en Ynet 18/sep/15

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