El significado secreto de Rosh HaShaná

Dr. Michael LaitmanLas festividades judías están lejos ser sólo tradiciones que observar. Están entrelazadas con el tiempo presente de forma mucho más cercana de lo que pensamos. Las festividades judías son una trayectoria del destino de la nación, un cardiograma de nuestro ritmo cardíaco común.

Los símbolos de las festividades judías transmiten la información que, de otra forma, estaría perdida en los impenetrables laberintos de la historia o, distorsionada más allá de todo reconocimiento ¡La importancia de las festividades judías se extiende mucho más allá! Nuestras festividades entregan mensajes no sólo acerca de nuestro pasado sino también de nuestro futuro.

Hace 5776 años

El primero de los días festivos judíos, Rosh HaShaná (la cabeza del año), es el año nuevo judío. Denota despertar espiritual. Apareció en el momento en que las personas sintieron una aspiración por cosas que están más allá de la rutina diaria.

El nombre del primer ser humano es Adán. Él fue el primero que pensó en el significado de la vida. El día en que Adán se dio cuenta de este fuerte deseo de conocer cuál era su propósito en la vida, está marcado en el calendario judío como Rosh HaShaná. Es bastante posible que sea el único evento en la historia antigua para el cual se conoce la fecha exacta. Sucedió en el primer día de Tishrei (septiembre-octubre), hace 5776 años.

Desde entonces, Rosh HaShaná no es sólo un día en el calendario; más bien, es una piedra de toque en el desarrollo. En este día hacemos un reporte honesto con nosotros mismos acerca de cómo vivimos y qué se suponía que alcanzaríamos durante el año previo y el juicio consiguiente.

Alcanzando la esencia

Hoy, cuando el mundo entero se encuentra apabullado con una nueva ola de antisemitismo, es esencial entender qué nos espera en el futuro. Como nunca antes, es crucial romper de una vez por todas esta espiral de siglos de exilio y sufrimientos insoportables que acompañaron al pueblo judío a través de su historia. La historia del profeta Jonás siempre se lee en Yom Kippur (el Día de Expiación). Nos ayuda a entender mejor la situación en la que estamos ahora. Llegaremos a esta historia un poco más tarde.

En la mesa festiva

Rosh HaShaná simboliza nuestra aspiración a valores superiores, una existencia benevolente, compartiendo y cuidando unos de otros. Por eso existe la tradición de comer cabezas de pescado. Simboliza nuestra inclinación a estar a la cabeza de todos los cambios positivos.

La granada con sus muchas semillas jugosas nos recuerda que también somos como “semillas” y que, es temporada alta para que “maduremos”. Nuestra unidad debe resultar de nuestros esfuerzos conjuntos. Nos dará un nuevo impulso cualitativo.

Remojamos rebanadas de manzana, un antiguo símbolo de nuestras “transgresiones”, es decir del desapego entre nosotros, en miel para “endulzar” (corregir) la falta de unidad entre nosotros.

¿Cómo podemos lograr esta unidad no a causa del miedo, los problemas o la impotencia, y desear sinceramente acercarnos unos a otros? ¿Cómo podemos sentir que todos somos una familia no sólo durante las guerras que nos fuerzan involuntariamente a mantenernos juntos, sino también en tiempos de paz? Para eso, cada uno de nosotros tiene que elevarse por encima de su interés propio para equilibrar nuestra naturaleza fragmentada al aspirar establecer relaciones buenas y positivas entre nosotros. Esto es exactamente lo que quieren decir los cabalistas cuando se trata de la descripción de las festividades judías.

Yom Kippur

Yom Kippur viene después de Rosh Hashaná y, para los judíos, este es el día más sagrado del año. En este día ayunamos y oramos. Y la parte principal de la plegaria es leer el libro del profeta Jonás. De hecho, el código para la salvación de la humanidad está oculto en este libro, aún cuando  la trama de la narración se asemeja a una novela de aventuras.

Jonás recibe una tarea del Creador: debe ayudar a los habitantes de Nínive a superar su odio mutuo e implementar el principio de “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

En su tiempo, el patriarca Abraham realizó esta idea y estableció el pueblo judío sobre esta base. Cómo logramos esto, es un tema aparte. Ahora es importante algo más: el pueblo judío tuvo éxito en hacer algo que, en principio, es imposible.

“¿Qué le hubiera sucedido a la raza humana si Abraham no hubiera tenido la profecía superior y hubiera permanecido en Ur, si se hubiera guardado sus ideas y no hubiera creado un pueblo judío único? Sin duda el mundo sin judíos hubiera sido radicalmente diferente al mundo de hoy”. (Paul Jones, Historiador inglés).

Hoy, más que nunca, no sólo los judíos y los árabes, rusos y americanos, sino el mundo entero requiere, si no de amor, entonces al menos, un elemental entendimiento mutuo. Pero hoy, como en el pasado, ideas similares son aceptadas de forma inequívoca como completamente no prácticas. Entonces, no es sorpresa que Jonás decidiera escapar cruzando el mar. Le parecía que podía evitar la tarea que se le había impuesto.

Nosotros también, como Jonás, algunas veces tratamos de refugiarnos en la rutina diaria de los grandes problemas “impregnables”. Otros lidiarán con ellos y nosotros con los nuestros. Pero desde tiempos inmemoriales, viene un recordatorio de que existe una misión especial para los judíos, y es imposible escapar de ella.

Todos nosotros estamos en un bote

La barca en la cual Jonás zarpó, se vio capturada entre una violenta tormenta. Los marineros trabajaron duro para sobrevivir: arrojaron por la borda todo lo que no era necesario, oraron a sus dioses y, es completamente entendible que comenzaran a buscar a quién culpar. Y Jonás, mientras tanto, se va a dormir, como si todo lo que sucede no tuviera que ver con él.

Sólo entonces, al no tener opción, admitió que había huído de la tarea que se le fue impuesta y pidió a los marineros que lo arrojaran al mar. Esto significa que Jonás estaba incluso dispuesto a morir, sólo para no tener que llevar a cabo lo que le fue asignado. Pero ni siquiera esto fue de ayuda. Un pez gigantesco se tragó al fugitivo, y tres días en el estómago del pez lo forzaron a estar de acuerdo en llevar a cabo la tarea establecida.

Hoy, cuando el mundo se ha vuelto una “aldea global”, todos nosotros estamos aparentemente navegando en un mar tormentoso, y las naciones del mundo, los “marineros”, culpan de todas las crisis, guerras, problemas y desastres al “único judío” a bordo, el pueblo judío.

Pero aún estamos dormidos, como Jonás. Inmersos en los asuntos diarios, tratando de no darnos cuenta que las naciones del mundo nos odiarán más y más; esperamos que todo de alguna manera se calme por sí solo. Pero, cada nueva oleada de antisemitismo muestra más claramente que nuestro destino es inevitable como fue el destino del fugitivo debido a quién se desató la tormenta. Y si la tripulación del bote al principio trató de salvar a Jonás, hoy, “los marineros del bote mundial” sólo están esperando el momento correcto para arrojarnos al mar. Ni siquiera tenemos que pedirles este “favor”.

El comienzo de los cambios

Las festividades judías son más que sólo historia. Los cabalistas las establecieron en su tiempo y a través de los símbolos de las festividades nos transmitieron sus mensajes a nosotros, sus descendientes. El mensaje toca directamente el destino del pueblo judío.

Rosh HaShaná apunta a la necesidad por el deseo de valores superiores y el establecimiento de buenas relaciones humanas.

Yom Kippur nos recuerda que el escapar de llevar a cabo este papel no puede continuar por siempre. En cualquier caso, debemos adquirir esos valores y transmitir todo esto a otros pueblos, incluso si, como Jonás, no queremos esto.

Vemos hoy en día cómo el odio entre las personas y entre las naciones, contamina nuestro planeta más y más. Todo lo que hacemos, desde una nueva tecnología hasta la revolución social, en última instancia lleva a un nuevo desastre y agudiza la hostilidad entre las personas.

Este problema puede ser resuelto sólo con la ayuda del pueblo judío. Después de todo, la idea de la unidad, igualdad y garantía mutua (Arvut) es su base. El pueblo que siguió a Abraham vivía de acuerdo a la ley del amor, con una sensación de cercanía el uno al otro.

El mundo no está esperando descubrimientos científicos o logros literarios y artísticos de los judíos, el mundo está esperando que el pueblo judío alcance la unidad y, al proporcionar un ejemplo para el resto de las naciones, el método de Abraham será transmitido a ellos. Y esto traerá paz y tranquilidad a todos los pueblos, lo cual liberará a los judíos del antisemitismo y pondrá fin a todos sus problemas.
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De Kabtv “Festividades, Rosh HaShaná” 6/ago/15

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