Reportaje (de rpmonitor.ru): Paradójicamente, casi todas las naciones en donde las personas están muriendo de hambre pertenecen a la lista de proveedores a largo plazo de productos agrícolas a Occidente. Al no contar con una industria propia procesadora de alimentos se encuentran obligados a vender sus cosechas por cualquier cosa. La lista de proveedores incluye a las antiguas colonias y protectorados de las potencias occidentales, ahora calificadas hipócritamente como «naciones en vías de desarrollo». Según la FAO (Naciones Unidas) y las comisiones económicas de Naciones Unidas para África, Asia Occidental, Latinoamérica y el Caribe y el Consejo Sahel, las reservas potenciales de estas naciones son suficientes para alimentar al menos a la mitad de la población mundial. En el caso que estos países desarrollaran tecnologías agroquímicas modernas y de procesamiento de alimentos, erradicarían la amenaza de la hambruna».
Mi comentario: Cuidar por los demás significa ayudarles en su desarrollo, en lugar de «lanzarles un hueso» (caridad) que los hace ser todavía más dependientes. La Torá obliga a los padres a asegurarse que sus hijos tengan una profesión y después ¡dejar de alimentarlos! De otra manera, los hijos no van a desarrollarse.
Finalmente debemos empezar a percibir al mundo como un conjunto, en lugar de estar separados en países, continentes, razas y naciones. Así es como es en la interioridad; así es como es la verdadera estructura. Precisamente esta percepción o falta de percepción es la que determina el estado en que nos encontramos.
Recibí una pregunta: Si los países desarrollados proveen un buen estándar de vida a los subdesarrollados, les van a arrebatar su capacidad de desarrollo. ¿Es este tipo de «ayuda» lo que ahora se está dando a África? ¿Entonces cuál sería la forma correcta de ayudar?
Mi respuesta: Actuar de la misma forma que lo haría con su familia – nada entonces puede ir mal.
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