La persona puede tener un alma especial que la despierta todo el tiempo y la obliga a seguir trabajando a pesar del endurecimiento del corazón y de las confusiones. Pero si no tiene eso, la única opción que tiene para permanecer en el camino correcto, es el entorno adecuado que no la dejó escapar y a estar equipada con las herramientas que le ayudarán a retornar al tipo correcto de vida.
La persona no tiene ninguna posibilidad de avanzar ni tiene poder para responder correctamente en cada momento a las interrupciones que vienen, si ella no tiene la preparación adecuada, el hábito de trabajar internamente, y la conexión con el entorno que protege la conexión entre la persona y las fuentes, el maestro y el grupo. Entonces resulta que, o bien la persona no les presta atención a las interrupciones en absoluto o que es atraída hacia ellas.
En el primer caso, ella no es lo suficientemente sensible, entonces disminuye su umbral de sensibilidad con el fin de evitar la fuerte influencia de las interrupciones. En este caso no avanza. Su vida se vuelve más tranquila y pacífica y en vez de encontrar interrupciones diez veces por hora, por ejemplo, ella siente interrupciones varias veces al día, y eso es todo. Su ritmo de avance se determina en consecuencia, es decir que ella se refrena a propósito. Pero si siente las interrupciones y trata de luchar contra ellas, culpándose a sí misma y a su entorno, al maestro y al camino espiritual en general, podría desviarse de él y dejarlo todo; esto es muy grave.
Es muy difícil mantener y aceptar como deseables todas las condiciones que nos despiertan y que nos fueron enviadas por el Creador como «no existe nadie más aparte de Él». Estas son las mejores condiciones para nuestro avance y la única pregunta es cómo responder correctamente a ellas, aceptarlas de la manera correcta, y estar agradecidos por ellas con el fin de avanzar hacia la meta.
Nosotros necesitamos estudiar intensa y pacientemente, y prepararnos para las transiciones constantes de un estado a otro. Lo más importante es nuestra sumisión, la habilidad para entender que todas las dificultades que se nos presentan, son las interrupciones correctas en el camino. Cada persona en el mundo recibe dichas interrupciones y aclara si debe avanzar por medio de estas interrupciones o no, y en qué dirección.
Algunas personas determinan cierta actitud al comienzo del camino, ya sea buena o mala en relación al grupo, al maestro y a los libros. Otras tienen que aclarar esto cada vez nuevamente y puede cambiar. Esta es la forma en que ellas avanzan.
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De la 1º parte de la Lección diaria de Cabalá 7/07/13, Escritos de Rabash