Entre el Creador y la humanidad

Pregunta: ¿Puede usted trazar una analogía entre el estado de desarrollo moderno del mundo y el desarrollo espiritual?

Respuesta: Por supuesto. Vamos juntos con toda la humanidad como Galgalta ve Eynaim con AHP. Somos el uno por ciento, y ellos son el  noventa y nueve por ciento. Si no fuera por las necesidades de la humanidad, no habríamos despertado del sueño corporal. Al igual que en las generaciones pasadas, el mundo de hoy habría tenido sólo algunos cabalistas.

Así que, ¿por qué hay cientos de miles, millones, de nosotros hoy en día? Porque el mundo nos necesita. Todo el que estudia y difunde la Cabalá se convertirá en un maestro de tiempo completo. Estoy seguro de que en los próximos años, el mundo necesitará la presencia de estas personas en los sistemas educativos y en las áreas de cultura y política, en todas partes. Todos necesitarán el enfoque especial e integrado que solo nosotros tenemos. Esto se volverá necesario para todos los ámbitos de la vida, por no hablar del desarrollo interior.

Nuestro camino y el camino de la humanidad están interconectados naturalmente. Hoy en día, la necesidad de corrección ya está madurando en un gran número de personas. Naturalmente, el proceso es gradual, porque el mundo se compone de muchas partes y capas. Las diferencias son enormes. China, Estados Unidos, Europa y África son diferentes en su mentalidad, tamaño y en la naturaleza de su egoísmo. En general, todas las personas representan la pirámide de la humanidad.

Indudablemente, de una u otra manera, hemos recibido el derecho de avanzar en dirección a la libertad y a la revelación de la fuerza superior sólo con un objetivo: Tendremos que pasar lo que recibamos a los demás. Sin embargo, debemos pasarlo en una forma adecuada.

En este sentido, somos como Bina. En esencia, su parte superior pertenece a Jojma y está en contacto con el Creador, con la Luz superior. La parte inferior es como el vientre de una madre para el Partzuf inferior. Esto garantiza su nacimiento, amamantamiento y crecimiento. De esta manera, nuestra parte superior aspira constantemente al Creador, y la parte inferior siempre existe entre las criaturas.

Nosotros, Bnei Baruj, estamos en el medio como la parte media de Tifferet, entre el Creador y el mundo. Sólo tenemos el deseo de estar por encima como Él, y abajo con la humanidad. En el medio está nuestra libertad de elección y de esta manera, llegamos a ser semejante al Creador.

Después de todo, el Creador es el hacedor, Él produce, construye, y llena como una madre. Nosotros llamamos «madre» a la naturaleza, porque ella nos engendra, nos amamanta y nos protege. Nosotros tenemos que jugar el mismo papel hacia el mundo. Ejercitando esta actitud llena de otorgamiento, nos volvemos como el Creador.

El Partzuf común está dividido en cinco grados de Aviut (grosor). El segundo grado es el más importante. Éste copia a Keter, sigue el ejemplo del grado cero, y lo continúa más abajo. Este es nuestro objetivo. De esta manera, nos unimos con el Creador.

La Segunda Restricción se relaciona con esto. A medida que nos elevamos hacia Bina, Maljut nos ayuda a comenzar a ver el mundo desde el nuevo grado.

 

(63031- De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/13/2011, «La Libertad»)

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