Uno recibe todos los deseos del nivel «humano» del ambiente, y si uno utiliza estos deseos para beneficiar a los otros, se experimenta un placer que es 620 veces mayor que cuando se recibe para uno mismo. «Dentro de uno mismo», uno sólo puede percibir este mundo, pero «dentro de los demás», uno puede percibir al Mundo Superior. Por eso es que hoy en día el mundo está de pié ante el umbral de un descubrimiento extraordinario: si amamos a los otros como a nosotros mismos, descubriremos el Mundo Superior, Perfecto y Eterno.
No debemos suprimir nuestros deseos, sino corregirlos y utilizarlos correctamente. Hoy en día, cuando el egoísmo está listo para engullir al mundo entero, ya tenemos la capacidad de poder transformarnos y alcanzar el llenado eterno. Sólo debemos darnos cuenta que el cuerpo necesita únicamente de sus necesidades vitales, mientras que todos los otros placeres se descubren cuando salimos fuera de nosotros mismos.
La crisis financiera nos muestra que el dinero es una conexión entre nosotros. El desastre tiene que «meterse bajo la piel», porque de otra forma continuaremos como antes. Es lo mismo que la historia sobre el Faraón, quien fue golpeado por diez plagas para finalmente permitir que los judíos se fueran. Por consiguiente, la crisis aún no se ha terminado y el verdadero golpe está por llegar. Aún no sentimos que el desorden en los bancos, los problemas climáticos, la desintegración de la unidad familiar, la depresión, las drogas y la crisis en la ciencia y la educación son el resultado común de una conexión interrumpida entre las personas.
La ciencia de la Cabalá nos permite reconocer el mal sin que realmente sea necesario sumergirnos en él. Debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para explicar a la gente que «Todos necesitamos al mundo y el mundo necesita de todos». Las personas deben reconocer que la salvación está en unificarnos entre nosotros.
Los problemas del mundo variarán según nuestra habilidad de ofrecer al mundo un remedio: el método de la corrección. La ciencia de la Cabalá no solamente nos permite resolver los problemas del mundo, sino capitalizarlos y revelar al Mundo Espiritual. Esta es verdaderamente «la revelación del Creador a las criaturas en este mundo», que es la definición de la esencia de la Cabalá. Esencialmente, la conexión correcta entre las personas es el Creador.
Tenemos que conectarnos con el mundo y su sufrimiento e intentar explicar la solución por todos los medios posibles. Podemos discernir los desastres en la dimensión espiritual y enfrentarnos a ellos, sin dejar que las cosas lleguen a tragedias físicas. Todo depende de la diseminación de la ciencia de la Cabalá.