Girar el mundo hacia el bien en la cábala

A medida que la gente se desarrolla  no cambia para bien ni para mal, a una comprensión más aguda del estado en el que se encuentra. Como resultado nos damos cuenta de que nuestros movimientos y nuestro desarrollo provienen de nuestro egoísmo, que no tiene futuro, no obstante, tendremos que deshacernos de él y ver que el futuro está en las fuerzas de otorgamiento y conexión. Nuestro egoísmo debería llevarnos a esta conclusión y por eso se le llama ayuda en contra.

 

No cuentan con que los gobiernos se den cuenta del mal destructivo del egoísmo y pongan fin a las guerras, al gobierno acuden aquellos que son ciento por ciento egoístas y por lo tanto no son capaces de tal conciencia. La conciencia requiere dos fundamentos opuestos en una persona, al menos algunos granos de bondad, pero una vez que una persona alcanza el nivel de gobernante, las últimas gotas de bondad desaparecen en él y queda una aspiración, gobernar cada vez más  es imposible influir directamente en los gobernantes, pero podemos influir en el Creador que ya hará lo necesario con ellos.

 

Si nuestro grupo cabalístico mundial, en el volumen que existe hoy todos los hombres y mujeres, sienten la fuerza de conexión entre nosotros y dentro de ella nuestra conexión con el Creador, será suficiente para cambiar el mundo.

 

El mundo no necesita mucho, hay miles de millones de personas en él pero sus deseos son muy pequeños y no pueden hacer nada por sí mismos  sin  embargo, el deseo de los cabalistas de conectarse entre sí y conectar a su alrededor a toda la humanidad a través de buenas relaciones es miles millones de veces mayor que todas las cualidades y conexiones egoístas que existen en el mundo.

 

Debemos ocuparnos de cómo convertirnos en representantes de buenas relaciones, representantes del Creador a nivel de nuestro mundo, necesitamos construir una conexión fuerte y devota entre nosotros, Cuando sentimos que existimos en un solo corazón, podremos salir al mundo y sentirá la fuerza del bien que emana de nosotros y que necesita, ya que es la única fuerza capaz de corregirlo. 

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