JPost: “Estados Unidos de Trump puede ser bueno para los judíos”

El Jerusalem Post publicó mi nuevo artículo “Estados Unidos de Trump puede ser bueno para los judíos

Dr. Michael Laitman

Pero sólo si eligen reexaminar su actitud hacia su propia identidad judía.

La elección de Donald Trump para presidente exacerbó la división en la sociedad y aún más las contradicciones internas de los ciudadanos judíos. Del más del 70% que votó por Clinton, la mayoría sintió ira y miedo del futuro presidente y de la oleada de antisemitismo que experimentan. Otros judíos que votaron por Trump y por su agenda pro-Israel, argumentan que el supuesto aumento de antisemitismo después de las elecciones, sólo llama la atención en algo que, evidentemente, se había extendido desde antes, aunque en forma diferente, como en el caso de las universidades que están inundadas de pensamiento neo-liberal, políticamente correcto. Entienden que el antisemitismo existe tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda y no creen que ninguna opción hubiera preservado su seguridad. Y también están los judíos divididos entre su formación y valores liberales y su inclinación a hacer lo mejor para el estado de Israel. Esas diferencias pueden ser fácilmente resueltas, si damos un paso atrás y vemos lo que realmente está en juego.

Un pueblo judío estadounidense en declive

Los judíos que protestan pueden afirmar que su resistencia a este cambio es en realidad, sostener sus valores judíos; sin embargo, lo que debemos ver es que los judíos de EU está a punto de desaparecer gracias al periodo de afluencia, aceptación e igualdad que han provocado asimilación, matrimonios mixtos y bajos niveles de natalidad. Las encuestas muestran una imagen muy sombría de la salud de la población judía en EU, como lo expresa Jack Wertheim, profesor de historia judía, con la rápida asimilación arrasando todas las ramas del judaísmo excepto los ortodoxos. Sus lazos con Israel también están rasgándose. Las recientes elecciones llevaron a todo el sistema liberal a un alto, con el objetivo de invertir la ruta destructiva en términos de la economía y la abierta inestabilidad en la que está el mundo, pero también conmocionó las bases de la comunidad judía que estaba feliz de perder su identidad a cambio de su éxito. Para los judíos, la elección sacó a la luz el antiguo conflicto entre ser individuos con éxito  o un pueblo fiel a sus raíces.

La historia se repite

Durante su historia, los judíos han experimentando el mismo modelo, asimilación en parte, a una cultura extranjera, ya sea la griega cuando los macabeos, la de España antes de la expulsión española o la de Alemania de 1900 antes del ascenso de Hitler. En esos y en muchos otros casos, nuestro pueblo se dio cuenta de manera terrible que volverse parte de la manada fue siempre recompensado con un gran sentimiento de antisemitismo que los obliga a regresar a su identidad judía y a su propia cultura.

Por siglos, los cabalistas han sabido la razón de esta terrible reacción. Entendieron que los judíos, divididos como parecen estar, en realidad portan una antigua promesa de pavimentar el camino para la unidad y la paz de toda la humanidad.

Los judíos de EU que luchan contra los resultados de las elecciones, se enfrentan con el mismo conflicto histórico entre pelear por su lugar en una cultura extranjera y buscar nuevas respuestas dentro de su propia herencia, que podrían transformar la realidad. Los insto a no esperar a que los antisemitas los etiqueten como judíos, sino que sepan que tienen el futuro en sus propias manos, así como el futuro de EU y del mundo. No se trata ni de Trump ni de Bannon ni de las repercusiones que vemos como resultado de esta elección. La clave para la calma, la paz y para los valores que desean sostener está dentro de nuestra identidades judías y de la conexión con el estado de Israel. Porque dentro de nuestro pueblo está una antigua sabiduría y la capacidad de convertirnos en ejemplo para las relaciones que todos queremos ver en las sociedades modernas.

El clamor de nuestros sabios

A principios de 1900, Rabí Kuk y Rabí Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) intentaron en vano advertir a los líderes de las grandes comunidades judías de Europa del este de las terribles consecuencias de su exilio, tanto físico como espiritual. Mi maestro, hijo de Rabí Yehuda Ashlag, Rabí Baruj Ashlag, me habló de sus visitas al primer ministro israelí David Ben Gurión, junto con su padre. Fue testigo de los intentos de su padre por convencer al primer ministro de la necesidad de unir las diferentes facciones de la sociedad israelí, que ya entonces estaba dividida y de la importancia de lograr las relaciones correctas con nuestros vecinos árabes. Le explicó que el método que permitiría que esto suceda, existe en lo profundo de la nación judía, en la auténtica sabiduría de la Cabalá; que esa es nuestra única esperanza de lograr paz entre nosotros y con el resto del mundo y así, convertirnos en luz para las naciones.

Desafortunadamente, Ben Gurión nunca aceptó esas recomendaciones como líneas a seguir en su camino y sufrimos los resultados hasta hoy. Mientras salimos de la crisis neoliberal, nos encontramos en un mundo que busca una cura para sus profundas divisiones y disputas. Esta terrible necesidad a la que ha llegado la humanidad no es coincidencia; tampoco es coincidencia que Israel y los judíos siempre han estado en el centro de todos los infortunios en el mundo. La razón es que los judíos tienen el poder de sanar y prevenir esas crisis al modelar y transmitir, con su ejemplo, la inclinación a ser “como un hombre con un corazón” y “amar al prójimo como a sí mismo” a la humanidad. Pero primero deben descubrir esta verdad en ellos mismos. Los cabalistas han intentado explicar una y otra vez que la falta de entendimiento es lo que hace que las naciones exijan a los judíos que cambien su comportamiento, como está escrito, “Todas las calamidades viene al mundo por Israel (Yevamot 63)”. Esta es la razón del odio aparentemente infundado, el cual irónicamente, evita que los judíos huyan de su, no reconocida, misión.

En la encrucijada

El pueblo judío nunca ha podido escapar de su misión histórica. Paradójicamente, fueron los enemigos de los judíos los que mantuvieron vivo el judaísmo. Pero no tiene que ser así por siempre. Esta elección trae la posibilidad de cambio, de un camino que pudo parecer cómodo en un momento, pero que en realidad llevó a los judíos de EU a la extinción y al mundo a un caos total. En esta encrucijada crítica, debemos elegir romper el antiguo modelo que tiene sentido para el raciocinio occidental liberal, pero que, en realidad, es ilusorio y perjudicial para el alma judía. Al oponerse a Trump, los judíos no se están oponiendo al racismo ni al odio, simplemente están intentando regresar a un sistema que les dio libertad para escapar de su destino. Deben elegir reconectarse con Israel y con el verdadero destino que es ser luz para las naciones. Esta es la única manera de asegurar que la presidencia de Trump se aleje de la extrema derecha, hacia la línea media, convirtiéndose en una oportunidad histórica para darle nueva forma a las relaciones y actitudes defectuosas del pasado, trayendo seguridad, bienestar y prosperidad para todos.

Michael Laitman es profesor de ontología, tiene doctorado en Filosofía y Cabalá, una maestría en bio cibernética médica y fue el principal discípulo del cabalista, Rav Baruj Shalom Ashlag (RABASH). Ha escrito más de 40 libros, los cuales han sido traducidos a decenas de idiomas.
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De Jerusalem Post 24/nov/16

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