Jugando en amor

099Pregunta: Una serie de entrenamiento familiares, los cuales finalizamos no hace mucho tiempo, terminaron para una de las parejas casadas en choque de tal magnitud, que en realidad ahora están separándose.

Respuesta: Esto significa que no encontraron el calor agradable, seguro y perfecto de la ayuda mutua que se suponía que debían encontrar en sus concesiones mutuas.

Es decir, hicieron concesiones en contra de su voluntad y bajo presión, porque esto fue lo que se les recomendó. Ellos no hicieron esfuerzos para acostumbrarse a estas, ni trataron de jugar con ellas y ajustarlas de manera que estas acciones pudieran convertirse en un hábito, en una segunda naturaleza.

Esta etapa de ajuste es bastante larga. Debido a que no se nos enseñó a hacer concesiones mutuas en la escuela, en la universidad, o cuando nos casamos, nosotros perdimos este enfoque durante la mayor parte de nuestra vida y ahora tenemos que construirlo.

Todo debe ser voluntario, fácil, en forma de juego. Yo mí mismo no aspiro a hacer concesiones, pero a jugar con ellas: en la relación adecuada, en la familia correcta, en el amor.

Participamos conscientemente en este juego, y este se convierte gradualmente en nuestra vida. No hay mentira en esto, porque con ello queremos reeducarnos. Estamos programados como una computadora; se instalaron en nosotros todo tipo de programas sin preguntarnos si estábamos de acuerdo o no, y ahora vivimos bajo su influencia.

Por lo general, la gente dice: «Mira a los padres de la novia o del novio, mira cómo viven, y entenderá quienes son la novia o el novio». Esto usualmente es así. Por lo tanto, tenemos que cambiarnos a nosotros mismos, de tal forma que tengamos relaciones mutuas completamente diferentes, y esto es posible sólo con la ayuda de una constante capacitación, del constante juego, que se convierta en hábito.

Por ejemplo, ustedes pueden sugerirles a las parejas casadas el siguiente ejercicio: «Piensen en su última pelea, en la que amenazaron a su esposa con el puño, mientras que ella estaba dispuesta a golpearlos con un sartén. Y ahora jueguen al revés. «Ellos, como en una película, giran la película hacia atrás, se acercan entre sí, y tratan de resolver el problema elevándose por encima de sí mismos. Con esto crean dentro de sí mismos características completamente nuevas, dando nacimiento a una nueva naturaleza: de otorgamiento, amor, e integración mutua entre sí.

Nosotros nos ajustamos a lo que queremos ver: sólo cualidades positivas en los demás, como si no existiera nada negativo. Por supuesto, estas existen en todos, pero nosotros no las vemos. Esto significa amor. Amor es cuando nos miramos al cónyuge y sentimos placer. Alguien más lo mira, y no entiende qué es lo que ustedes les disfrutan.

Tal sensación común mutua, que alcanzan los cónyuges, es su siguiente grado espiritual, donde ellos se unen en un todo y comienzan a alcanzar el estado más elevado de la naturaleza. Esta es una meditación activa, durante la cual ellos dan a luz a una nueva propiedad, a un nuevo nivel de conocimiento, de sensación.

Al mismo tiempo, se elevan a tales dimensiones, que comienzan a sentir como son manejados por la naturaleza, y cómo pueden controlar esto ahora.

(136847 – Del Kab.TV «Una charla sobre la familia» del 5/28/14)

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