La ausencia precede a la presencia

Dr.laitmanBaal HaSulam, «Esto es para Judá»: El Creador hizo que la creación sea existencia de la ausencia. Por lo tanto, no hay ni una sola creación que no estuviera previamente en ausencia. Sin embargo, esta ausencia tiene una forma distinta en cada elemento de la creación, porque cuando nosotros dividimos la realidad en cuatro tipos: inanimado, vegetativo, animado y hablante, encontramos que el comienzo del inanimado es necesariamente ausencia completa.

Sin embargo, el comienzo del vegetativo no es ausencia completa, sino simplemente su grado precedente, el cual, en comparación con él, se considera ausencia. Y en el tema de la siembra y la pudrición, que son necesarios para cualquier semilla, éstas se reciben de la forma del inanimado. Además, ocurre lo mismo con la ausencia del animado y del hablante: la forma vegetativa se considera ausencia con respecto al animado, y la forma animada se considera ausencia con respecto al hablante.

¡Lo más importante que tiene que aclarar la persona en su nivel actual a fin de ascender al siguiente nivel es que ella no tiene el nivel superior! Como se nos dice: «la ausencia precede la presencia». ¡Yo no sé exactamente cómo tiene que ser mi siguiente nivel, pero siento que carezco de él! Si mi deficiencia con respecto al siguiente nivel es lo suficientemente madura, yo llego a él. Es decir que «la ausencia precede la presencia».

Esto es lo que ocurre en la transición desde el nivel inanimado al nivel vegetativo, y desde el nivel vegetativo al nivel animado, y desde el nivel animado al nivel hablante. ¿Cómo puede uno ascender desde el nivel hablante al nivel del Creador? ¿Dónde podemos empezar a aclarar qué nos falta?

Por lo tanto, el texto nos enseña que la ausencia que precede a la existencia del hombre, es la forma de la bestia. Es por esto que está escrito, «de un pollino de asno salvaje nace un hombre», ya que es necesario que cada persona comience en el estado de una bestia. Y la escritura dice: «Al hombre y la bestia Tú preservas, oh Señor». Y así como a la bestia se le da todo lo que necesita para su sustento y el cumplimiento de su propósito, Él también provee al hombre con todo lo necesario para su sustento y el llenado de su propósito.

Por lo tanto, debemos entender dónde está la ventaja de la forma del hombre sobre la bestia, desde la perspectiva de la propia preparación de ellos. De hecho, ésta se discierne en sus deseos, ya que los deseos del hombre son ciertamente diferentes de los de la bestia. Y en esa medida, la salvación proveniente de Dios para el hombre difiere de la salvación proveniente de Dios para la bestia.

Resulta que nosotros tenemos que sentir que no deseamos al Creador y el mundo espiritual, sino que queremos seguir siendo bestias que continuamos adelante con nuestra vida cómoda en nuestro aprisco y nada más que eso. Esto significa que tengo que descubrir mi verdadero deseo en el estado actual y mi negativa a dejarlo por un milímetro. Esta es una sensación de ausencia.

Yo no siento que me falte el siguiente nivel y, de hecho veo que no lo pierdo de manera alguna. De acuerdo a mi naturaleza yo estoy dispuesto a permanecer para siempre en el nivel corporal. Sin esta sensación, no puedo alcanzar el reconocimiento de la forma negativa.

Esto nos enseña que la forma de la ausencia no es más que la negación de la presencia. Y nosotros conocemos la forma de la presencia, de la redención, desde el versículo: «Y ya no enseñará cada hombre a su prójimo… porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande». Por lo tanto, la forma de la ausencia previa, es decir, la forma del exilio, es sólo la ausencia del conocimiento del Señor. Esta es la ausencia de la Alef, que está ausente en Gula (exilio), y presente en Gueulá (redención), en Dvekut (adhesión) con el «Campeón del mundo». Esta es precisamente la redención de nuestras almas, nada más y nada menos, como ya hemos dicho que todas las letras de Gueula están presentes en Gula excepto la Alef, que es el Campeón del mundo.

Si todo lo que nos falta es la revelación del Creador, la fuerza de otorgamiento, no para nuestro propio placer, sino porque es un atributo más sublime, estamos listos para avanzar hacia el estado de la redención.
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De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 3/31/14, Escritos de Baal HaSulam

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