La batalla y la unificación de los opuestos

Estado 1 (nuestro estado presente) es «otorgamiento» hacia uno mismo, que está compuesto de nuestro placer y la satisfacción deseada. Estado 2 (el estado que deseamos lograr) es otorgamiento al Creador, que constituirá de placer para nosotros. Y aquí yace la contradicción.

En «otorgamiento» hacia uno mismo, la acción misma, el trabajo, y la recompensa están todas en una dirección, en una línea. Por lo tanto, es llamado Luz Directa, y todo nos queda claro aquí: el principio, el final, y el logro de esta meta final están en una dirección: hacia mí.

Pero si deseo deleitarme con el otorgamiento al Creador, entonces surge el problema de la intención opuesta y el resultado. Necesito corregir la intención, ¡Y es en contra de mi deseo! El otorgamiento al Creador debe convertirse en recepción de placer para mí. Y debo disfrutar porque ese es el plan de la creación. Pero el disfrute debe venir del otorgamiento, ¡Y esto es completamente opuesto a mí!

El propósito de la creación es el placer, y la corrección de la creación es otorgamiento. Sin embargo, esas dos condiciones se contradicen. Este es el principal obstáculo y dificultad de nuestra percepción, que constantemente bloquea nuestro camino, privándonos de una oportunidad de darnos cuenta de lo que fue planeado.

Tenemos que ejercer un gran esfuerzo y llevar a cabo un enorme trabajo por una parte, y aun así por otra parte, su resultado no depende de nosotros; nos es dado desde Arriba. Mientras tanto sólo revelamos nuestro deseo a través de nuestro trabajo. No adquirimos la meta, sino más bien, obtenemos el Kli, la vasija que puede contenerla.

Por lo tanto, esos dos opuestos (otorgamiento al Creador y placer derivado de ello) se unirán sólo mediante la adhesión con Él. Y sólo la Luz Superior, que cambia nuestra naturaleza, nos puede llevar a esta adhesión.

Necesitamos cambiar del estado en que el corazón controla a la persona (y por esta razón la Cabalá considera a tal persona «malvado») a un estado donde un ser humano en nosotros gobierna sobre el corazón y tal persona es llamada «justo». Y hay sólo una solución para lograr esto: el grupo cabalístico, que es un modelo, un ejemplo, y el marco de referencia en el que podemos revisarnos y ver hasta qué grado correspondemos con esta meta o no.

¡El grupo es capaz de convencerme de que no tengo nada más valioso que el otorgamiento al Creador! Por otra parte, sin embargo, llego a la conclusión de no soy capaz de nada, y sólo el Creador puede ayudarme. De esta manera llego al deseo necesario, una plegaria.

Sin embargo, justo ahora carecemos de esos opuestos diametrales: Keter y Maljut, la Luz Directa y la Luz Reflejada, la correspondencia inversa a la Luz y el deseo. Todo esto está contenido sólo en el Kli corregido que tiene una intención en contra del deseo.

Necesitamos construir este modelo de las 10 primeras Sefirot dentro de nosotros por primera vez. Entonces tendremos la estructura interna, como la primera célula de un nuevo organismo, a partir del cual el embrión del alma se desarrollará.

(De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 31 de agosto de 2010, sobre el artículo ¿Cuáles son las dos acciones durante el tiempo del descenso?)

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