La Convención de Cabalá es el acelerador más poderoso para el crecimiento

La evolución de la humanidad demuestra que el desarrollo es un proceso gradual y polifacético. Esta sigue un programa específico y una dirección en la cual cada elemento se une al proceso general, que es «depositado» en la cuenta colectiva, y por lo tanto los cambios se acumulan poco a poco.

Nuestra transformación interna se lleva a cabo de una manera similar. Y a pesar de que anhelamos completarla lo más rápido posible, se necesita tiempo y requiere múltiples acciones: Nos movemos un paso adelante y un paso hacia atrás, sometiéndonos a ascensos y descensos. Pero la transformación no ocurre en un instante, es todo un proceso de cambios acumulados en los cuales cada «centavo» se añade a una sola cuenta. Y es por eso que toma años.

El remedio más eficaz para la corrección es un trabajo destinado a la unificación. Por lo tanto, los cabalistas ponen una condición inmediata a la persona a la cual la fuerza superior trajo al grupo: Él tiene que decidir que el trabajo más importante es conectarse con el grupo y unirse con los demás, mientras que los estudios son sólo el medio de nuestra unificación.

En otras palabras, es totalmente contrario a lo que pensamos cuando entramos en el grupo. Inicialmente pensamos que el grupo es sólo un lugar donde podemos estudiar, como en una universidad, con el fin de adquirir conocimientos. Pero es al revés, y los años pasan antes que la persona comience a comprender gradualmente que la clave no es recibir conocimientos, sino cambiar los atributos internos propios. Al estudiar con el grupo, él recibe una fuerza especial, una fuerza que reforma y experimenta su influencia especialmente en sus relaciones con el grupo.

Los resultados auténticos del avance son evaluados según la cercanía o lejanía del grupo que siente la persona, según el grado en el que lo necesite, si es capaz de vincularse con él, y qué valor le asigna a este. Todo es medido únicamente en relación con el grupo porque al final, son ellos quienes deben unificarse con el fin de experimentar el mundo espiritual dentro de su correcta conexión, al unirse como un hombre con un corazón.

A su alrededor, no hay sólo compañeros, sino que ellos se convierten en partes de su alma. De hecho, no hay alma dentro del hombre, y los científicos están perdiendo el tiempo al buscarla en algún lugar dentro del cuerpo. El alma humana reside en todos los demás. Según la medida en la cual uno sea capaz de salir de sí mismo y unirse con los amigos que lo rodean, es todo este deseo «externo» el que se convierte en su alma.

Esta es la razón por la que le damos tanta importancia a nuestras convenciones y actividades similares, cuando un gran número de personas de todo el mundo se reúnen y surge una poderosa fuerza de unidad. Durante cada hora de la convención, estamos, de hecho, realizando correcciones, específicamente en nuestra unificación mutua.

Por lo tanto, debemos valorar las reuniones, como el medio más importante de avance, entre todos los demás. Nada es más eficaz en términos de llevarnos cada uno de nosotros y todos juntos más cerca de la transformación y de la revelación del mundo superior que la convención.

Incluso durante la convención, no todo ocurre al mismo tiempo, sino que «centavo a centavo, se acumula una gran suma». Es necesario someterse a varias reuniones de este tipo, hasta que descubramos la verdadera conexión entre nosotros y la Luz superior se revele en nuestra unificación, que es considerada como la revelación del Creador a los seres creados.

Por lo tanto, antes de ir físicamente a tales reuniones, la persona necesita prepararse mentalmente. Es necesario sintonizarse para estar listos para entrar en este lugar: familiarizarse con todas las actividades que se aproximan, con los materiales de estudio, canciones, temas de debate, y el aprendizaje en general sobre la Convención tanto como sea posible. Más adelante, nos será más fácil centrarnos en nuestras experiencias internas y no distraernos, no perder las fuerzas emocionales y mentales en los detalles externos, técnicos.

Por lo tanto, debemos familiarizarnos con todos los materiales y toda la programación con antelación y llegar allí con un único deseo: «Yo deseo unirme con los demás con todo mi corazón y alma, porque el mundo espiritual será revelado sólo en la conexión entre nosotros, y no en cada uno de nosotros individualmente. Quiero que este cosmos vacío entre nosotros sea llenado con la actitud cálida y amable hacia los demás, puesto que ¡este es precisamente el lugar donde la fuerza superior, el Creador, se revela a los seres creados! «

(37800 – De la lección sobre la preparación interior para la Convención WE! del 3/10/2011)

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