La enseñanza de la sabiduría de la Cabalá desde el amor

Comentario: Seguramente usted siempre tiene una posición tal que ha de suavizar y adaptar para el público. 

Mi Respuesta: Así como con los niños a quienes solo les dices lo que pueden entender y les explicas con su lenguaje, gestos, expresión facial: “Así es como esto funciona y como es. Veamos juntos. Observemos cómo está conectado. Si hacemos clic aquí, ¿qué sucede? y así, sucesivamente. 

Es decir, hay que acercarse a ellos. Por supuesto que se tiene un gran contenido sobre lo qué decirles para los siguientes, digamos, cinco años; pero se hace gradualmente. Al mismo tiempo, el amor por ellos y el reconocimiento de un espacio único particular y enorme, cuando conectas con ellos, te controla y no te permite cometer un error.  

Comentario: Pero, a veces, cuando se educa a un niño, dicen: “Déjalo caer, que se pinche, se queme, no te metas con él”. 

Mi Respuesta: Sí, pasa. Pero aún así, lo haces con el conocimiento de que le enseñarás incluso si se daña hasta cierto grado. Pero él recordará esta lección y ganará a futuro, de modo que después no llegue a una situación en la que en vez de una pequeña quemadura, haya una gran explosión.

Conscientemente, permites sensaciones negativas ante ciertas circunstancias impresas en tu mente de niño, si no hay otra posibilidad. Naturalmente, así es como aprendemos. Lo mismo es cierto en nuestro cúmulo espiritual de todo tipo de eventos, cualidades y dependencias. 

Comentario: Pero también muchos tienen esta postura: “Hablaremos con ellos cuando se golpeen la cabeza. Entonces, nos entenderán más”. 

Mi Respuesta: ¡No! Esta actitud no sale del amor. Cuando amo a mi hijo, lo quiero proteger de antemano y si le doy la oportunidad de sentir algo, entonces esto es controlado por mí, es dentro del marco de su educación. No lo dejo como si lo hubiera abandonado en el bosque y permitiera que se eduque por sí solo: Si se arrastra a casa, bien; y si no, entonces no. Este es un enfoque fuera de razón. 

 

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