La evolución del método desde Adam hasta nuestros días

Dr. Michael LaitmanLa sabiduría de la Cabalá sólo funciona en el ámbito de las leyes físicas. No hay complejidad, misticismo o religión en ella. Estudiamos la ley más esencial de la creación, que es el descubrimiento de la fuerza más elevada, de la más alta energía. Es más elevada porque de acuerdo a su categoría, incluye dentro de sí a todo el resto de las fuerzas.

Al igual que todas las ciencias que se dedican a descubrir las características de la naturaleza, la sabiduría de la Cabalá también está involucrada en el descubrimiento, pero sólo de su característica esencial, que es esta fuerza universal.

Nosotros estudiamos de qué manera se revela ésta en nuestro mundo y cómo tuvieron éxito los cabalistas en descubrirla a través de su anhelo por entender que el mundo está fragmentado y debe conectarse en completa armonía. A través de su anhelo por la armonía del mundo, ellos comenzaron a entender que la fuerza de unificación está ausente en nuestro mundo.

La primera persona que descubrió esta fuerza hace 5.774 años fue Adam quien entendió que el mundo existe gracias a la fuerza única que une todos los componentes de la creación.

El siguiente gran cabalista fue Abraham. Él no descubrió sólo la Fuerza Superior y su revelación, como Adam y las diez generaciones de estudiantes que vinieron después de él, sino el movimiento, la evolución de la naturaleza. Abraham entendió la razón de la evolución que necesariamente condujo a Adam a descubrir la fuerza superior, la revelación de la fuerza dentro de él para ser como ella, es decir, para elevarse a la altura del más alto nivel de alcance y desarrollo.

Todos los niveles, el inanimado, vegetativo, animado, y sobre todo el hombre, que existen dentro de las tres categorías anteriores, están dirigidos hacia esto, con el fin de llevar a la humanidad a la necesidad de unirse bajo la influencia de dos fuerzas opuestas.

Una de ellas es la fuerza egoísta, negativa que distancia unas personas de otras. La segunda es la fuerza positiva, altruista que puede ser revelada para ayudar a unirlos a todos.

Cuando estas dos fuerzas se revelan gradualmente cada vez más, la persona comienza a trabajar. Ella las encierra en sí misma, cambia, y entiende la mutualidad de ellas. Al encontrarse entre ellas, las maneja como dos riendas al construirse a sí misma, y por lo tanto se eleva cada vez más alto hacia la realización completa de las dos fuerzas dentro de ella.

Este es todo el desarrollo del hombre, su evolución. Esto es específicamente lo que descubrió Abraham, y por lo tanto su método es evolutivo. Fue descubierto durante la crisis que experimentó la humanidad en la antigua Babilonia.

Las próximas generaciones de cabalistas descubrieron más profundamente lo espiritual. En primer lugar, se descubrió la Shevirá (ruptura) de un deseo humano en un inmenso número de deseos particulares que existen en cada uno de nosotros, y la forma de conectarlos.

Nosotros todavía no sentimos eso, ni vemos el deseo interno de cada uno, en qué manera podemos utilizarlo, en qué tipo de combinación, ni cómo ver ese patrón dentro del cual estamos conectados al completarnos unos a otros. Cada uno de nosotros es versátil, y en cada aspecto de nuestra naturaleza multifacética y sus características, sus gustos, es necesario llevarse bien con los demás de forma muy precisa.

Resulta que se creó un sistema de n-dimensiones, en el que cada uno los completa a todos absolutamente y nadie puede estar por fuera de este sistema. Y sólo entonces, cuando todos los fragmentos egoístas separados comiencen a anhelarse y a conectarse entre sí, empezarán a buscarse por sí mismos dentro de este sistema.

Al moverse unos hacia otros, con dificultad, ellos mismos se encontrarán utilizando la fuerza superior general. Nosotros nos volvemos hacia ella, de tal forma que ella realice estos movimientos sobre nosotros. Queremos estar más cerca, pero no sabemos cómo. Bajo la influencia de la más alta fuerza, comenzamos a percibir y a entender esto. Y qué se requiere de nosotros, en suma, este es un deseo que podemos crear juntos unos en los otros, al mostrarnos un ejemplo de cuanto deseamos esta cercanía y unidad.

Aparte de un deseo y anhelo por la unificación, no necesitamos nada. La fuerza superior lleva a cabo la segunda mitad del trabajo, por lo cual es llamado el medio Shekel. Esto significa que yo tengo que darla primera mitad, y el Creador da la segunda mitad. De mi parte, sólo se requieren anhelo y deseo, y que este deseo sea correcto en un grado particular. Y será correcto si yo mantengo en el grupo las reglas de la comunicación. Entonces, invitaremos a la fuerza de unificación y terminaremos el trabajo, nos infectaremos, y la descubriremos dentro de nosotros.

(144269 – De la Convención en San Petersburgo del 18 de Septiembre del 2014, Lección de preparación 2)

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