La historia del pueblo judío

Dr. Michael LaitmanLos cuatro exilios del pueblo judío

El pueblo judío atravesó cuatro exilios, los cuales formulan el desarrollo gradual del deseo de recibir de toda la materia de la creación: Yud, Hey, Vav, Hey. Todos los fenómenos naturales se desarrollan de acuerdo a esta fórmula.

El primer exilio no fue sentido como un exilio, es decir que las personas no se sentían esclavas en el período de esclavitud, puesto que el deseo de recibir era muy pequeño y si la persona lo satisfacía de alguna manera, se sentía bien. Entonces todos aceptaron eso.

Cuanto más continuaba desarrollándose el deseo de recibir, necesitaba cada vez una mayor independencia, una participación más independiente en la vida, en el desarrollo y en la comunicación, hasta que la naturaleza, según su fórmula, transformó al mundo entero en una conexión absolutamente integral. Y nosotros los humanos todavía no estamos en una conexión integral, estamos retrasados con respecto a las condiciones de la naturaleza, que quiere que nos desarrollemos hasta un estado de conexión general.

Un bebé que ha nacido no se comunica con su entorno ni tiene algún grupo, tendencia social, o humana, pero cuanto más madura, empieza a sentir que necesita una familia y una sociedad y que no puede vivir sin ellos. Entonces, también nosotros tenemos que alcanzar un estado de conexión entre nosotros. Así que el comienzo de nuestro avance es la comprensión gradual de que estamos dentro de nuestra naturaleza egoísta original, en el exilio de nuestro estado superior, de un nivel más elevado.

En la naturaleza hay cuatro etapas de desarrollo: inanimado, vegetativo, animado y hablante. Ahora estamos pasando gradualmente del estado animado al estado hablante. Este es el siguiente nivel que todavía no hemos alcanzado. Mientras tanto, el desarrollo humano aún está en el nivel animado, porque ésta se preocupa únicamente por la existencia, la alimentación, la crianza de los hijos, y así sucesivamente. Y todo esto lo hace de una manera muy poco atractiva debido a que la persona no es un animal que se desarrolle por instinto de acuerdo a las equilibradas leyes de la naturaleza.

Las cuatro etapas de ascenso por los peldaños de la escalera son obligatorias, y la transición desde el estado anterior al estado siguiente se implementa de acuerdo a las diez Sefirot, las cuales no sentimos, o de acuerdo a las cuatro letras del nombre del Creador, Yud, Hey, Vav, Hey, que incluyen toda la naturaleza. Así que el pasaje entre los niveles y entre cada uno de los niveles debe atravesar cuatro niveles de desarrollo (sin importar cuán pequeños sean).

En la naturaleza existen cuatro estados de avance. El primer estado es la salida del estado del nivel animado al nivel del hombre, en el que ya es el avance hacia la solidaridad, la conexión, la característica de otorgamiento y amor, pero mientras tanto en un estado embrionario.

Esto sucedió en los días de Babilonia, cuando Abraham tomó a 5.000 personas de allí y organizó con ellas un grupo que podría llamarse el primer grupo comunista o cabalístico. Esta era una hermandad espiritual en la que todos participaban de acuerdo al principio de igualdad y preocupación no sólo por ellos mismos sino por los demás. Abraham unió a todos los que estaban interesados ​​en vivir de acuerdo a este principio y sacó de Babilonia a todos los que estaban listos para ir hacia este ideal.

Las tres etapas de desarrollo de la sociedad cabalística son llamadas simbólicamente los Patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, o la línea derecha, la línea izquierda y la línea media. El progreso continuado dependía del desarrollo adicional que se hizo posible sólo a condición del descubrimiento de un ego mayor, de su corrección y de que se elevaran por encima de él.

Entonces Abraham se preguntó cómo sería posible alcanzar la característica de otorgamiento y amor absolutos. Investigó y descubrió que esto requiere del desarrollo constante del ego, sobre el que se elevó su pequeña nación.

Así que la siguiente etapa de desarrollo requería del crecimiento del ego en el grupo de Abraham, del descubrimiento del segundo nivel del ego (el primero fue descubierto en Babilonia) y del que se elevaran por encima de él.

Pero no se trataba sólo de elevarse por encima de él; sino más bien de pasar por un proceso de desarrollo del ego en el que todos reciben la comprensión, todos se adentran en él y comienza a trabajar con él. Entonces empiezan a despertarse y a surgir en las personas diversos impulsos egoístas que las empujan, influyen en ellas y las dominan. Pero las personas que tratan de elevarse por encima de su ego, actúan de acuerdo al método de Abraham basadas, siempre que sea posible, en la preocupación mutua, y no para ellas mismas.

La Torá habla de los estados que atravesó el pueblo de Israel en Egipto. En un principio ellos lucharon entre sí y lucharon juntos contra su ego, y después de eso, contra Faraón, que simbolizaba su nuevo ego que siempre descubrieron en las relaciones entre ellos. El pueblo judío estuvo en Egipto durante 210 años (un período simbólico). De la misma forma, hay cuatro fases de la Luz Directa, que son la fuente del nombre de cuatro letras del Creador, la fórmula que incluye cuatro componentes que se desarrollan gradualmente, de tal manera que también los egipcios, o el ego que se reveló entonces en el pueblo, incluyen cuatro niveles. Así que se dice que el tiempo del exilio de Egipto fue de 400 años. Sin embargo, de hecho, se prolongó durante sólo 210 años y los 190 años restantes se dividieron entre el resto de los exilios.

Los nombres en la Torá: «Egipto», «Monte Sinaí», «El desierto de Sinaí», y «la tierra de Israel», simbolizan los estados internos en las personas. Estos no nos hablan de la geografía, sino de cambios internos que se producen dentro de la persona. Cuando el ego creció, era cada vez más difícil para las personas permanecer en el nivel de amor, fraternidad, y de «amarás a tu prójimo como a ti mismo»; cayeron y fueron elevadas, cayeron y se levantaron en la conexión entre ellas, hasta que comprendieron que tenían que separarse del ego que creció hasta unas dimensiones inmensas. En la Torá esto se describe como las diez plagas de Egipto.

Esto significa que el ego se expandió tanto que era imposible permanecer en él y trabajar con él. Era necesario empezar a descubrirlo gradualmente en nosotros, salir de él, y así elevarnos. Pero era imposible superar esta montaña de una sola vez, solo podía hacerse de forma gradual, descubriendo el ego únicamente según el grado en el que era posible utilizarlo, elevarse por encima de él, y así trascenderlo.

A pesar de descubrirse constantemente en la persona las características negativas, ella no tiene miedo de estas, porque entiende que gracias a ellas se elevará, si las utiliza correctamente, porque este es su ascenso espiritual.

Esta es exactamente la forma en la que el grupo de Abraham se separó de su ego, llamado Egipto, y comenzó a trabajar en sí mismo. Cuando se elevaron por encima del ego, comenzaron a organizar entre ellos actitudes de ayuda mutua, al menos intentaron no hacerles daño a los demás, porque previamente ya estaban listos para aniquilarse entre sí. Así de grande era el odio que se descubrió entre ellos. El símbolo de este odio es el Monte Sinaí. Podemos llamar con el nombre del desierto del Sinaí a los estados por los que pasó el pueblo de Israel, porque el trabajo en aras del otorgamiento no trae ningún llenado para el ego, porque ellos no sienten ningún gusto en éste. Esa es la forma en que trabajaron en sí mismos durante cuarenta años, hasta que se elevaron al nivel de Bina. Cuarenta años en el desierto buscaron incesantemente su característica de Bina (otorgamiento) dentro del ego que se elevaba continuamente.

Después de que las personas atravesaron todos los niveles, y como resultado de esto, todos los utensilios que se llevaron con ellos de Egipto (las vasijas de oro y plata y las joyas), es decir, todas las características egoístas en ellos, murieron (murió la generación de los que salieron de Egipto), ellos tuvieron la oportunidad de alcanzar el siguiente nivel llamado la «Tierra de Israel», un deseo dirigido sólo hacia el otorgamiento y amor. Tierra (Eretz) es el deseo (Ratzón), e Israel (Yashar El, directo al Creador). El Creador es la fuerza de otorgamiento y amor, que es el poder esencial en la naturaleza y todo lo demás son sus partes. El programa según el cual actúa este poder, está destinado a transformar a la persona para llevarla a la independencia, en la cual ella quiere estar solo en un estado de otorgamiento y amor.

El grupo de personas que entraron en la tierra de Israel peleaba por ésta, porque estaba habitada por «otros pueblos», es decir diversas molestias que descubrieron en su carácter por encima del cual tenían que ascender. Esto se conoce como la «conquista de la tierra», la conquista de la tierra de Israel. Entonces ellos alcanzaron un estado en el que, a partir de todos los deseos que descubrieron entre ellos, crearon una vasija compartida de amor otorgamiento mutuo y en la que descubrieron el poder superior, al Creador, y se elevaron a Su nivel. Este es el estado perfeccionado. Pero en el momento en que alcanzaron este estado, comenzó a descubrirse en ellos un mayor ego colectivo en el siguiente nivel. Esto se debe a que después de salir de Babilonia se llevaron con ellos todo el enorme ego que en realidad no les pertenecía (a la característica de otorgamiento y amor), sino que le pertenecía a toda la humanidad.

Como escribe Rambam, cuando las 5.000 personas que salieron de Babilonia llegaron a la tierra de Israel, ya eran tres millones de personas, en un momento en el que había millones de personas en todo el mundo. Esto nos habla de una situación que existió hace 2700 años.

Pero esta pequeña nación construyó un «supuesto» Templo, es decir que construyeron una condición en la que el Creador, la fuerza de otorgamiento y amor, se reveló entre ellos, y existieron de esta forma y se encontraban en la espiritualidad.

Después de esto, se creó un nuevo nivel más interno, que no les pertenecía, el corazón de piedra, que en ese momento no podían corregir. Este nivel le pertenecía al mundo entero. El pueblo de Israel no tuvo éxito en aferrarse a la posición del nivel de otorgamiento y amor, comenzó a desmoronarse y cayó de su elevado nivel de conexión mutua, del nivel de equivalencia de forma con el Creador a una condición de separación llamada el segundo exilio, el exilio de Persia y de Madián. Esto no lo menciona la Torá, sino los Profetas, el Libro de Esther y fuentes adicionales.

El pueblo de Israel estuvo en este exilio durante 70 años. 7 o 4 y 400 o 70 son unidades simbólicas de ascenso o descenso expresadas en diferencias en cuanto al tiempo. Todo funciona de acuerdo a la fórmula original, porque la creación del deseo (el ego) ocurrió de acuerdo a las cuatro fases de la Luz Directa, bajo la influencia de la Luz Superior (la característica de otorgamiento y amor). A partir de aquí esta fórmula se extendió sobre todo.

Un descenso a un nivel tan bajo era peligroso para el pueblo de Israel, en el que ellos eran propensos a olvidar por completo en qué nivel se encontraban previamente y qué sucedió con ellos. Había peligro de que llegaran a ser como el resto de los pueblos, pero al mismo tiempo ocurrió un despertar espontáneo. En el mapa mundial apareció el malvado líder Hamán, que como Faraón, despertó en ellos la conciencia de su situación. Hicieron un muy buen trabajo entre ellos, se vieron obligados a elevarse por encima del nivel de Hamán, a matarlo (su ego), y de esta manera se elevaron a un nivel superior llamado el nivel del segundo Templo.

Este nivel fue inferior al nivel del primer templo, porque el otorgamiento y amor aquí no eran como en el nivel del primer Templo. Si el primer Templo existió en el nivel de «y amarás a tu prójimo como a ti mismo», entonces el segundo Templo descendió al nivel de: «No hagas a tu amigo lo que es odioso para ti». Específicamente se trata de la conexión entre las personas, lo cual es llamado el Templo y esto no nos habla de las paredes de piedra que ellos levantaron en Jerusalén.

El pueblo de Israel continuó trabajando en sí mismo, tratando de hacer todo lo posible para permanecer al menos en ese nivel, pero el ego creció porque el ego de la humanidad no había sido corregido.

Mientras tanto, la humanidad se desarrolló de manera egoísta y esto influyó en el pueblo judío de tal forma que ellos no lograran aferrarse al nivel de ayuda mutua; atravesaron luchas internas entre ellos, que se materializaron en nuestro mundo en forma de guerras contra los romanos y los griegos.

Así fue como ocurrió la caída del pueblo bajo la influencia de los deseos egoístas internos, de los «griegos» y los «romanos». Los deseos de los «griegos» recibieron expresión ideológica, y los deseos de los «romanos» se realizaron en acción. Esto nos habla sólo de los estados internos del grupo de Abraham.

Al final, la nación cayó del nivel del segundo Templo, «No hagas a tu amigo lo que es odioso para ti», en la desconexión absoluta, desde el nivel de la cooperación al nivel de la gente común. Esto significa que las personas no cayeron en la cautividad de los egipcios o de los babilonios, sino en el cautiverio de un público más amplio que estaba completamente desacoplado de todos los niveles espirituales.

Los tiempos difíciles del tercer exilio del pueblo judío llegaron, lo cual se caracterizó por la separación absoluta del estado espiritual. Pero la separación del estado espiritual fue gradual y continuada durante muchos años y terminó en el siglo 16, en los días del Ari o un poco antes de él. En ese entonces comenzó a desarrollarse un método para la salida del exilio espiritual llamado Cabalá. Este también existió previamente, porque los estudiantes de Abraham lo aclararon, lo completaron, y lo documentaron. Ellos eran grandes ideólogos. Pero a pesar de los muchos libros que fueron llamados libros sagrados de los judíos, al mundo le faltaba un método preciso que le enseñara a la persona cómo salir del estado del ego, porque en ese tiempo, el ego todavía no había sido descubierto; éste comenzó a descubrirse a partir del momento del Ari.

El Ari era un gran cabalista que sentó las bases para el método de corrección. Después de él, aparecieron cabalistas como el Baal Shem Tov, el Maguid de Mezritch, y muchos otros líderes espirituales que describieron el mismo método en varios estilos y trabajaron con la gente en los distintos niveles teóricos y prácticos.

Pero el desarrollo de este método, que comenzó entre los siglos 15 y 16 y continúa hasta nuestros días, se detuvo en nuestros días. El último de los grandes maestros espirituales fue mi maestro, Rabash. Él y su padre Baal HaSulam fundamentaron y desarrollaron el método de corrección actual. Y nosotros los seguimos con la ayuda del método que ellos han desarrollado; esperamos salir del último exilio espiritual en el que se encuentra toda la humanidad.

Se trata de un exilio único, porque los descendientes del grupo de Abraham fueron dispersados ​​a través de toda la humanidad; perdieron toda la experiencia que habían ganado a nivel moral, espiritual e ideológico.

Parte de este grupo cambió todo el método, es decir que ellos se encargaron de la práctica mecánica, sin pensar que tenían que integrarse con su interior a través de su deseo incondicional. Este es el problema fundamental en cuanto a salir del último exilio.

Ahora estamos en un estado de aclaración de todas las condiciones a fin de elevarnos al último nivel de desarrollo, dado que después de salir de Babilonia, Egipto y Persia, ha llegado el momento para salir de la situación de crisis global actual en la que ha sido arrojada la humanidad.

Hoy en día, las plagas mundiales modernas están comenzando a descubrirse en la humanidad. Ellas aún no se han revelado completamente, pero ya comenzamos a reconocerlas poco a poco y a sentir que se aproximan. Se acerca la amenaza de un tsunami, los desastres naturales, las guerras y trastornos de orden público. Las están empezando a entender que a través de acciones estúpidas y egoístas, de barbarie, han abierto una Caja de Pandora terrible.

Así que debemos activar este método. Estoy feliz de que ser parte de esta actividad y de poder explicarla, contarla, y revelarle a la gente la situación en que nos encontramos, en qué clase de mundo vivimos, qué nos espera, cuáles son las posibilidades a nuestro alcance, y qué debemos hacer.

Estoy muy feliz de que nosotros nos encontremos en una situación en la que realmente podamos descubrir el método por nosotros mismos, como en un laboratorio, y después de eso llevarlo al mundo entero y para mostrarle cómo trabajamos activamente con él. Nos corresponde ser un ejemplo para toda la humanidad y devolverla al estado de la energía superior, es decir, la característica de otorgamiento y amor, en la mejor y más rápida manera posible.
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1 comentario en “La historia del pueblo judío”

  1. Jorge Alberto Ramírez Núñez

    Las condiciones mundiales que estamos viviendo indican que pronto aparecerá el Mashiah

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