La mordedura salvadora de la serpiente

En su artículo, Exilio y Redención, Baal HaSulam escribe que Israel (una persona que busca al Creador) se encuentra sin hallar reposo entre las «otras naciones» (los deseos de este mundo), hasta ocurre esto dentro de él: «Y a partir de allí vas a anhelar al Creador, y lo encontrarás, porque vas a buscarlo con todo tu corazón y con toda tu alma».

Hasta que no llegues a tal anhelo, no tienes ninguna posibilidad de escapar de Egipto, porque sólo con el deseo maduro ganarás tu libertad. Tus propios deseos de permanecer en Egipto son los guardias que te mantienen allí.

Esta es la razón por la cual las 10 plagas de Egipto son necesarias. Con el fin de nacer, uno debe llegar a sentir un gran anhelo por el grado siguiente, es decir, desear lo que está en el exterior mientras que aún se permanece en el interior.

Es como si hubiera dos deseos totalmente opuestos dentro de ti. No pueden reconciliarse, pero llegas a un punto donde casi están conectados, y es cuando ocurre la irrupción. La fuerza del Superior te expulsa y te lanza al siguiente grado de acuerdo al principio, «trabajé y encontré» (Igati ve Matsati).

Ciertamente has alcanzado un punto cercano al contacto entre tu deseo en el estado presente y tu estado siguiente. En la naturaleza es imposible que el deseo de recibir haga contacto con el deseo de otorgar. Por consiguiente cuando esta transición ocurre dentro de ti, el Creador completa el trabajo (la mordedura de la serpiente) y naces al grado siguiente.

(25708 – De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 2 de noviembre 2010 – Exilio y Redención.)

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