En ninguno de nosotros hay alma.

haverimEn ninguno de nosotros hay alma. Las almas están entre nosotros, son esa red de conexión entre nosotros que debemos revelar. Y la petición para que exista esta conexión entre nosotros se llama “Rezo del público”.

No puede haber un rezo de corrección a no ser que sea un “rezo público”. Por eso, si nosotros estudiamos, hablamos sobre correcciones, pensamos en transformaciones, tenemos que imaginar todo esto únicamente en el contexto de la conexión entre las almas. ¿Qué almas tenemos en estos momentos? Las almas son algo superior, son la carencia, ya reformada, de la conexión con los demás. Las almas son lo que despierta entre nosotros, entre nuestras carencias, si es que cada uno de nosotros quiere conectarse a los demás. La tendencia a estar conectado a los demás es la correcta carencia. Y si esta carencia se rectifica, se forma de ella el cuerpo del alma, y el llenado que se recibirá luego en ese cuerpo, se llamará la Luz del alma.

Por eso es que en ninguno de nosotros hay alma. Nuestras almas son la medida de conexión entre cada uno de nosotros y todos los demás. Es decir, si hay delante de mí siete mil millones de partes, si hay delante de mí otras almas, otros deseos de espiritualidad, entonces mi deseo es conectarme con ellos para llegar a un solo Kli. Mi tendencia a la conexión con ellos, se llama “Cuerpo del alma”.

Es decir, no hay en ninguno de nosotros ni la vasija del alma ni la Luz del alma. Las almas están entre nosotros, son esa conexión de red entre nosotros que debemos revelar. Y la petición para que exista esta conexión entre nosotros se llama “Rezo del público”.

En estos momentos no tenemos una carencia concreta de unión con los demás, pero cuando nosotros pedimos una carencia verdadera de unión entre nosotros y la recibimos desde Arriba, llega el llenado a esa carencia, y comenzamos a sentir la relación mutua entre nosotros. Y después, dentro de la relación recíproca entre nosotros, dentro de la Luz de Jasadím (de misericordia) se revela también  la Luz de Jojmá (de sabiduría): la noción sobre quién nos creó, quién creó la unión entre nosotros, quién se viste en la Luz de Jasadím, en la Luz que otorga, en nuestro deseo de otorgar, lo que se llama “el Creador”.

Por eso conviene esforzarse sin cesar en convencernos a nosotros mismos, en aclararnos a nosotros mismos, que las correcciones se efectúan entre nosotros, entre nuestros deseos de llegar a la adhesión con el Creador. No importa cuánto estén corruptos o analizados; lo principal es que hay de qué empezar, que existe el punto en el corazón, y de él se empieza. Y todo el resto es el “Rezo Público” – cómo llego al pedido de descubrir la conexión entre nosotros, entre esos puntos en el corazón.

Y si llegamos a este pedido, no hay quién pueda parar nuestro rezo, ya que la respuesta se recibe siempre únicamente por medio del “Rezo Público”. Por lo tanto, las almas necesitan conectarse al público y el público tiene que elevar su pedido a la “Nukva” (tr. hembra) y en acuerdo con esto, “Nukva” podrá recibir el llenado del “Yesod”. Así trabaja el sistema.

Enfrentar las obstrucciones correctamente

Pregunta: ¿Cómo tratar los fuertes deseos que descubro que me dominan, tal como el control y el honor, etc.?

Rav: No hay nada que hacer. Pero de ninguna manera hay que destruirlos. Sino que sobre esos deseos, sobre todas las cosas que me llevan de un lado a otro, por sobre todos los pensamientos que me desgarran la cabeza, por sobre las corridas, etc., yo tengo que agrandar una sola cosa: la importancia de la Meta. O sea, no tratar los problemas en sí; yo no soy un medico, no tengo la fuerza para enmendarlos. Yo sólo tengo que agrandar la importancia de la Meta. Es decir, sobreponerme a los problemas, como si no les prestara atención, y por encima de ellos, referirme a la Meta; exigir de la sociedad que me proporcione la importancia de la Meta, la importancia de la espiritualidad, la importancia del otorgamiento, la importancia de la adhesión, la importancia de la conexión, el amor y demás.

Si esos deseos reciben de esta manera su debida forma, si cada vez que estos deseos y pensamientos me asaltan, yo me ocupo de acrecentar ante mis ojos al Creador, al otorgamiento, a la conexión entre nosotros, entonces todos los malvados que se revelan en mí –todos los pensamientos, las obstrucciones-  le darán cada vez, una forma especial a mi dirección hacia el prójimo. Y entonces mi intención de llegar al otorgamiento, al Creador, no será vana, sino que recibirá una forma especial, una intensidad especial, tendrá algo en ella.

En otras palabras, nosotros convertimos el odio en amor. De no ser así, el amor no tendría forma. ¿Qué es lo que amas?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿de dónde?, ¿qué recibes de esto? La Luz Superior es simplemente una fuerza prima. No obra sobre un estado vacío, sino que convierte tu mal en bien. Ese odio, ese rechazo, esas obstrucciones, esas confusiones, las convierte en bien. Por eso no borramos todas esas cosas, sino que lo único que necesitamos es anhelar la Luz que reforma. Esto es lo que exigimos, por encima de todas las obstrucciones. ¿Y qué hay con las obstrucciones? Por el contrario, que se intensifiquen más y más. Ya que si no llegan, ¿qué convertiremos en bien?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *