Estamos siempre bajo la autoridad del Creador, aún cuando no la entendemos y no la sentimos; en otras palabras, no la aceptamos ni en nuestra mente ni en nuestro corazón. Llegamos a este mundo y comenzamos a crecer completamente inmersos en nuestro egoísmo, esclavizados por una fuerza especial que nos describe una imagen engañosa, como si no hubiera control sobre nosotros y que nosotros estuviéramos manejando al mundo.
El bebé crece hasta ser niño, después adulto, pero no deja de pensar que el mundo es controlado por gente como él. Es necesario derrotar a otros en esta lucha por el poder.
Sin embargo, si queremos revelar al Creador, debemos renunciar a nuestro control, decidir que no queremos gobernar ni manejar al mundo, queremos suprimir esta inclinación egoísta dentro de nosotros. Después descubrimos que el egoísmo tampoco nos pertenece, que pertenece a la fuerza superior. Solía pensar que el egoísmo es yo: quiero controlar y tomar decisiones, ¡todo es yo-yo-yo!
Resulta que no es así. Si intento salir de la sensación de mi “yo” un poco, siento que no soy yo sino el Creador. No es en absoluto lo que solía imaginar. Por eso, mi actitud hacia mi ego y hacia el Creador cambian. Necesito colocarme entre los dos, cancelar mi ego, la primera fuerza superior y desear que la segunda fuerza, el Creador, gobierne en su lugar. Entre los dos, en su confrontación, me establezco a mí mismo.
Si quiero anularme con ayuda del grupo y el estudio, me incluyo más y más en la decena y en el Creador. Esas dos fuerzas están destinadas a ayudarme a reemplazar el control de la fuerza egoísta por el control de la fuerza de otorgamiento y amor.
Vivimos en la última generación; por lo tanto, debemos revelar todas las fuerzas del mundo y cambiar su gobierno, el gobierno del ego, por un gobierno que aún no conocemos. El mundo entero a nuestro alrededor está cambiando de acuerdo a nuestros cambios internos, que ya hicimos o estamos por hacer.
La última generación es especial, porque esos cambios suceden en un mucha gente, en el grupo mundial de Bnei Baruj. El mundo también está pasando por cambios similares, aunque a un nivel inferior. Es como cuando los padres se preocupan por problemas de adultos, el trabajo y la sociedad, también afecta a los niños, cambia su mundo y la situación en casa.
Por eso, en la última generación, todos sienten cambios cualitativos, cada uno de acuerdo a su grado. El mundo está pasando por cambios enormes, incluso los medios se están volviendo medios de desconexión. El reconocimiento general del mal está sucediendo, eso nos acerca al nacimiento espiritual.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 13/ene/21, “Ibur (Concepción) y preparación para el nacimiento”
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