La profundidad del alcance espiritual lo determina la profundidad del deseo corregido. En cada nueva generación al mundo descienden las almas más “ásperas”, más egoístas.
Por lo tanto, los cabalistas que existieron antes del Ari (Siglo 16), tenían un ego pequeño y, por consiguiente, podían revelar con todo detalle los elementos de la creación, incluyendo conceptos como la pantalla, .
Tzimtzum Alef, Tzimtzum Bet, Or Jozer, etc.
Empleaban estas fuerzas espirituales, pero no comprendían totalmente sus orígenes y el modo de operación. Por esta razón tampoco podían expresarlas claramente. Es como ver una imagen: aunque podemos hacer una réplica, no conocemos la descomposición de los colores en el espectro, cual es la longitud de onda de cada color y como influye en nosotros y se convierte en sentimientos.
Si el deseo no es lo suficientemente grueso, es imposible alcanzar la causa de un fenómeno y explicar la forma en que la Luz se une al deseo. El Ari fue el primero en revelar la diferencia y la conexión entre la Luz Directa y la Luz Reflejada en toda su profundidad. Lo logró en virtud de tener un alma especial. Además, existió al inicio de la época del Mashíaj y en el mundo comenzaban a aparecer las almas que necesitaban la corrección.
Antes de esta época, en el período del exilio, el ego no se manifestaba preparado para la corrección. Por eso está escrito que todos los cabalistas antes del Ari transmitían la Cabalá desde la Luz Directa (Kabalat RAMAK), mientras que el Ari explicó la Cabalá desde la Luz Reflejada (Kabalat Ari).
Más adelante, Baal HaSulam continuó la metodología del Ari y la adecuó para que nosotros la empleemos.
Material Relacionado:
La misión del alma inmensa de Baal HaSulam
En memoria de Baal HaSulam (una charla ante la tumba de Baal HaSulam el 29 de septiembre 2009)