Los bueno chicos crecen en las buenas familias

Dr. Michael LaitmanSi tengo una buena sociedad, grande y fuerte, yo soy como un niño que sigue este ejemplo, tratando de hacer lo que los amigos hacen. En ese caso, no es difícil que pueda parecerme al Creador en absoluto. Una buena sociedad me enseñará cómo hacer esto, al igual que un adulto les enseña a los niños.

Yo por mi parte tengo que hacer un esfuerzo, pero ellos deberían ser cada vez más cualitativos. La sociedad establece un ejemplo cada vez más claro para mí, mientras que yo cada vez recibo por parte del Creador un mayor endurecimiento del ego, para que yo sea independiente en mi actitud hacia el grupo y libre de su influencia.

Mi deseo de recibir sigue creciendo y yo tengo que trabajar con el grupo y el Creador a fin de superar el ego creciente. Es como un niño que crece y se vuelve más perezoso y ya no quiere hacer ningún esfuerzo. A la persona se le da una oportunidad de beneficiarse más al ver la importancia de la sociedad, la meta. Su deseo de ser grande como el Creador es como un niño en nuestro mundo que sueña con ser piloto. Pero él siempre tiene que participar en alguna medida (como lo hace un niño), tratando de ver la sociedad como algo más importante. Si veo que la sociedad me ayuda a parecerme al Creador y a entrar en contacto con Él como lo más importante, esto significa que yo conecto «Israel, la Torá, y el Creador», y esto me ayuda a enfocarme directamente en la meta.

Resulta que es imposible prescindir de la sociedad. Yo tengo que seguir constantemente el ejemplo que ésta establece para mí, de tal manera que ella me parezca tan grande como sea posible. Esto es importante a fin de adquirir la equivalencia de forma con el Creador y percibir que con el tiempo yo recibiré todo lo bueno de ella sin ningún tipo de ocultamiento.

Ahora yo también recibo un llenado infinito del Creador, pero el problema es que mi deseo de recibir se abre gradual y lentamente. Ahora uso, digamos, sólo el uno por ciento de todo mi deseo. Entonces, en vez del mundo de Ein Sof (Infinito), yo siento sólo el uno por ciento de él. Ese uno por ciento está dividido entre mi actitud correcta y mi actitud incorrecta hacia el Creador, es decir que siempre hay ocultamiento.

Así es como yo avanzo, paso a paso, como un niño que crece en el mundo. Siento el ocultamiento en relación a la sociedad, al Creador, y a mi avance cualitativo. Esto se debe a que no sólo debo crecer como un animal, permaneciendo como el mismo niño, pero simplemente más grande. Más bien el ser humano en mí debería cambiar para mejorar cada vez.

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De la lección diaria de Cabalá 8/06/13, Shamati # 8 «Cuál es la diferencia entre sombra de Kedushá y sombra de Sitra Ajra»

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