Mi yo en realidad no es mío

Pregunta: Se nos dice en la Torá: «Yo soy tu señor», ¿Qué significa esto en realidad?

Respuesta: Significa que el Creador lo controla todo. Si tú consideras como propios algunos pensamientos, o deseos que tienes, o acciones que llevas a cabo, es sólo porque estás confundido y tienes la ilusión de que eres tú. En realidad «tú» no existes en absoluto.

Pregunta: ¿Entonces cuando llego a ser yo  mismo?

Respuesta: Si me vuelvo igual a Él, entonces Él y yo «sonamos» al unísono. Mi yo en realidad no existe. Mi libre albedrío, mi independencia, está sólo en el hecho de realizar de forma consciente y voluntaria lo que el Creador hace conmigo.

Yo soy solamente un «zombi», pero se me ha dado la oportunidad de desarrollar una «cabeza», un entendimiento, y un reconocimiento de que entenderé dónde estoy, quién me creó y quién lleva cabo todas esas acciones. Se me da eso para que yo esté de acuerdo o en desacuerdo con Sus acciones, para que lo acepte a Él y lo sienta a Él como bueno, para que me identifique con Él y sólo quiera Su pleno control. Entonces veré que Él se rinde y que no quiere controlarme porque ahora yo quiero controlarme exactamente como Él me controla y de ninguna otra manera.

Esto significa que estoy en adhesión con Él. Él me crea un espacio según el grado en el que yo esté de acuerdo con Él. Él me creó, estoy totalmente bajo su control, y Él sólo quiere construir esta «cabeza» para mí, el entendimiento y el reconocimiento, para que me asemeje a Él, y sea como Él.

Con esta meta puedo unirme al juego, constantemente estoy de acuerdo o en desacuerdo con Él, con el fin de entenderlo a través de esos cambios y eventualmente querer sólo Su control sobre mí con mi corazón y alma.

En cualquier caso, nunca estamos separados del Creador, Él es el primero y el último, y no existe nadie más aparte de Él. Lo único que hace falta es nuestro reconocimiento de la fuerza que nos controla.

Pregunta: ¿Pero no quiere un padre que su hijo sea independiente? ¿No deja que su mano lo deje solo por un momento? ¿No podemos operar por nuestra cuenta incluso en otorgamiento?

Respuesta: Si el Creador nos deja, desapareceríamos de la HaVaYaH, de la existencia. Él crea la ilusión de que esté yo de acuerdo o en desacuerdo con sus acciones con el fin de permitirme desarrollar una «cabeza» en adición al «estómago». Primero te preocupabas por satisfacer tus deseos, y ahora se te dan dudas, se abre un espacio en el cual Él parece estar ausente. Así el Creador te hace crecer en pequeñas porciones de independencia imaginaria, mientras que tú puedes estar satisfecho o insatisfecho con Su control.

Y entonces, en contraste con las religiones, llegamos a  una clarificación y examen críticos, y eventualmente llegamos a estar de acuerdo, y partiendo de eso llegamos a la adhesión en la que el control del Creador sobre nosotros, se siente como indivisiblemente bueno y absoluto. Esto en realidad surge del desacuerdo y de mi rechazo inicial a sus acciones. «Como el beneficio que surge de la Luz a partir de la oscuridad», yo constantemente trato de aclarar las cosas, tengo dudas y resentimiento hacia el Creador, estoy en desacuerdo con Él y lo maldigo, hasta que llego a la adhesión con Él.

Por esto se dice que «la opinión de la Torá es opuesta a la opinión de los propietarios». La persona que se desarrolla mediante la sabiduría de la Cabalá parece un verdadero «malhechor», ya que ella atraviesa tales dudas y serios cuestionamientos, pero sin esto no puede llegar a la adhesión.

(79009 – De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/25/12, Escritos de Rabash)

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