Podemos salir de Egipto (egoísmo) a toda prisa

Dice que el éxodo de Egipto se produce de repente, a toda prisa. Esto significa que debemos sentir juntos, en nuestro deseo común, cuánto anhelamos esta redención.

Nos esforzamos por sentir que simplemente necesitamos salir de Egipto y venir a la tierra de Israel, con el deseo dirigido directamente al Creador (Yashar El). Dejamos un deseo y entramos en otro.

 

Sólo podemos salir de Egipto (egoísmo) a toda prisa; de lo contrario, es imposible. Estamos esperando una señal del Creador que nos diga que es hora de salir y nos apresuramos a escapar.

 

El exilio dura muchos años y de repente, esta fuga se produce de forma precipitada. Después de todo, no sabíamos qué tan cerca estábamos de la redención durante el exilio. Ahora, habiendo recibido permiso del Creador para salir, huimos.

 

El Creador da este permiso en el momento en que estamos listos para salir a la oscuridad; es decir, no exigimos nada más que la oportunidad de escapar de la esclavitud egipcia. Toda la diferencia entre Egipto y la tierra de Israel se está acercando al Creador. Una persona corre en la oscuridad hacia el Creador y en esos deseos que todavía tiene, siente oscuridad. Así se produce el éxodo de Egipto.

 

Es imposible liberarse de la esclavitud sin sentir la oscuridad, la presión y el miedo. Éstas son las condiciones necesarias para escapar. Es necesario sentir una aguda necesidad de libertad y el rechazo a permanecer bajo el gobierno del Faraón.

 

El Faraón nos obligó a trabajar para él, pero a cambio nos proporcionó una gran satisfacción egoísta. Era como si estuviéramos viviendo en este mundo en completa abundancia y de repente nos dimos cuenta de que era hora de escapar de esa vida. Nos preparamos para este escape gradualmente al aceptar pagar más y más por la oportunidad de salir de Egipto y venir al otorgamiento.

 

Podemos pagar con nuestra disposición a adherirnos al Creador por encima de todas las condiciones. Entonces recibimos la fuerza para escapar y el permiso para salir de Egipto. El Creador nos da una señal para que nos vayamos: llega la oscuridad total, pero nos damos cuenta de que el Creador va delante de nosotros como una antorcha que nos muestra el camino.

 

 

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