¿Por qué es difícil para los occidentales establecerse en Israel?

Pregunta:

¿Por qué es difícil para los europeos y los representantes de la civilización occidental en general ser aceptados por Israel?

¿Por qué es difícil para los europeos y los representantes de la civilización occidental en general ser aceptados por Israel?

Respuesta:

Las culturas son diferentes. Israel es una cultura de Europa del este, no occidental. El principio de la vida judía —colectivismo, responsabilidad mutua, empatía mutua— no tiene nada que ver con el estilo de vida europeo y más aún con el estilo de vida estadounidense.

Podemos vivir y prosperar allí, pero para adaptarnos a su sociedad, para sentirnos cómodos en ella, no podemos. Las personas que se instalan allí, la segunda o la tercera generación, tienen muchas dificultades, deben pasar por un período de adaptación. Crean sus propias comunidades.

El idioma, la cultura local y las relaciones locales están distorsionadas. Israel es un país muy peculiar, con una enorme burocracia, problemas de seguridad y una «granja colectiva» no corregida que llegó en gran número de todos los países y no puede unirse y fundirse en un todo único.

Para los occidentales que vienen con total comodidad, dejando enormes villas, piscinas, la cultura europea, a la que estaban enganchados y que consideran la más grande y avanzada, aquí es muy difícil.

Los entiendo, pero no tienen a dónde ir. Pueden irse a otros países, pero allí no les veo mucho futuro. La judería europea no tiene futuro. Este es el desarrollo gradual del nazismo, que ejercerá más y más presión sobre ellos.

Como sabemos por la experiencia de Alemania, los judíos pueden vivir allí hasta el último momento y luego también justificar a sus perseguidores. La historia se repite. No será diferente en Europa esta vez.

Y en América también. Estados Unidos es demasiado grande, demasiado dividido y demasiado estratificado. Allí aumentará el odio mutuo porque entre siete y ocho millones de judíos se han asentado entre latinoamericanos, afroamericanos y europeos y son como un hueso en la garganta. El pequeño hueso en la garganta todavía se siente más grande que cualquier otra cosa.

Todo va a escalar a través del agravamiento de no poder resolver este problema, de darnos cuenta de por qué surge ese odio.

En siglos pasados ​​también existió, pero no fue reconocido, hubo condiciones religiosas, luego financieras. Aunque todavía existen hoy, la humanidad debería aclarar todo. Este es un problema eterno que no desaparecerá.

Nosotros, los cabalistas debemos difundir nuestra visión. Como resultado, tarde o temprano el mundo sabrá la razón de tales relaciones y a qué conducen.

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