Pregunta: ¿Por qué, a pesar de nuestro deseo de crecer, usamos solo el 2% de nuestro cerebro y el 98% permanece, por así decirlo, libre?
Respuesta: El problema es que no nos conocemos a nosotros mismos. Usamos el 2% del cerebro porque solo sirve a la parte animal. Tan pronto como comencemos a revelar la parte espiritual, nuestra alma y la desarrollemos, usaremos el 98% restante.
En principio, tenemos enormes reservas de memoria y propiedades internas. Simplemente no podemos imaginar que cada uno de nosotros es infinito en posibilidades. Pero no las usamos en nuestro mundo.
Imagina un simple campesino que vivió en un pueblo hace cien años que pastoreaba vacas y vivía en ese nivel. No tenía televisión, ni radio, nada.
Y ahora este campesino se desarrolló, vive en Manhattan, trabaja en una gran empresa, viaja por el mundo, ve, oye, comprende y usa todo. Su cerebro funciona un poco diferente al del pastor, cuyo cerebro estaba al nivel de las vacas que pastaban.
Es decir, el cerebro siempre sirve al deseo. Y si nuestro deseo se eleva constantemente al nivel del Creador, naturalmente y en consecuencia, el cerebro abrirá sus reservas. Así, en lugar del dos por ciento, usaremos mucho más.
En la humanidad hay el deseo de explorar los cerebros de los grandes hombres para encontrar lo que era tan interesante de ellos. No podemos entenderlo porque no sabemos que el cerebro se activa por los deseos. Y cuando la persona muere, los deseos desaparecen.
Por eso, no entendemos por qué sus cerebros funcionaban de forma especial, por qué sus deseos lanzaron enormes capas de conciencia, análisis y memoria.
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De Kabtv «Close-up. Individualista»
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