Rodeado por el bien absoluto

Nuestro despertar hacia el Creador por lo general comienza cuando surge en nosotros un cierto reclamo hacia Él. Muy pocas veces nos dirigimos al Creador con gratitud, y más a menudo lo hacemos con quejas y reclamos.

Tales reclamos se despiertan en la persona repetidamente. Pero si ella, no obstante, permanece en un grupo y sigue estudiando, atrayendo hacia sí misma la Luz, entonces comienza a darse cuenta de que todos los problemas, sufrimientos, el endurecimiento del corazón, la vergüenza; todas son situaciones que el Creador arregla para ella en la vida, y que las más desagradables están diseñadas especialmente para demostrarle que todo proviene del Creador.

Y en segundo lugar, ella necesita entender que no debe pedir que se le solucionen todos estos problemas porque entonces sería volverse hacia el Creador desde su egoísmo. Sin embargo, la persona debe dirigirse al Creador por encima de todos estos problemas, concordando con Él, regocijándose, y viendo en todas estas acciones que evocan en ella varias reacciones desagradables, la bondad y la misericordia del Creador que le acompañarán durante toda su vida. Ella tiene que pedir la corrección de su actitud hacia el Creador.

Ella tiene que tratar de corregirse a sí misma por encima de todas estas sensaciones desagradables, percibiéndolas como obstáculos por encima de los cuales ella puede elevarse si desea a percibirlas como ayuda bondadosa en el alcance de la propiedad de otorgamiento. Y entonces, todas estas situaciones desagradables, dolor, vergüenza, y confusiones le parecerán como lo opuesto, como ayuda y misericordia del Creador, quien las envía para que la persona tenga que aceptarlas como buenas, y por encima de ellas pedir por la corrección de ella.

Y para completar esta etapa, la persona pide la posibilidad de estar preparada para cualquier cosa que venga del Creador, bendiciendo de antemano por todo lo malo así como por lo bueno. Esto significa aceptar el gobierno directo e indirecto del Creador, como está escrito: «Tú me has por delante y por detrás».

Así que nuestro trabajo no consiste en pedir que nos eliminen y resuelvan las sensaciones desagradables, situaciones, influencias, y molestias. En vez de ello, nosotros tenemos que estar preparados para ver la mano del Creador en todas estas acciones enviadas especialmente para que por encima de ellas, nosotros podamos construir nuestra actitud correcta y formar vasijas de otorgamiento. Y hacerlo hasta tal punto que estos problemas y disturbios no sólo dejen de molestarnos, sino que veamos en ellos una misericordia y una benevolencia especiales.

Entonces no pediremos al Creador que resuelva nuestros problemas, y en vez de ello nosotros mismos corregiremos nuestras propiedades, porque veremos los beneficios de estos problemas. Y en vez de todos los males, veremos solamente lo bueno en esos mismos lugares.

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Dela primera parte de la lección diaria de Cabalá 08/23/12, Escritos de Baal HaSulam

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