Saliendo de Egipto sin moverte de tu sitio

Todas estas descripciones vivas de la Torá nos hablan acerca de la conexión entre los seres humanos, la cual se hace cada vez más fuerte. En el mundo espiritual, las personas no entran en aquel Egipto corporal, no pasan a través del corporal Mar Rojo y del desierto del Sinaí, no llegan a la tierra física de Israel. En el mundo espiritual todo esto significa varios grados de unión entre las almas, entre las personas que se unen internamente, con sus deseos.

La Torá nos habla precisamente de esa conexión y no de la geografía o la historia de algún grupo que vagó en las tierras de Canaán o de Egipto. Se trata sólo de unidad, dentro de la cual revelamos tales niveles. “Vete fuera de tu país”, quiere decir de tu deseo egoísta, que indica la vida en Babilonia. Hay que dejar este deseo y llegar a un deseo grande, donde te conectes más con tu grupo. Esto ya se llama “la tierra de Canaán” (la tierra (Éretz) significa el deseo (Ratzón)).

Después entramos en la línea media. Los deseos egoístas se revelan más y más: esto se llama “descenso a Egipto”. Y luego, cuando nos elevamos desde este estado de “Egipto” gracias a que nos hemos conectado juntos, esto se llama “estancia en el desierto de Sinaí”.

Al unirnos por encima de todos los problemas que se revelan dentro de nosotros, nos elevamos hasta el nivel que se llama “la tierra de Israel”. Todos esos son los grados de conexión, pero no son lugares geográficos.

Los nombres son de nuestro mundo, pero se utilizan para nombrar los grados espirituales. Podemos tomar un autobús y viajar de Babilonia a la tierra de Canaán, de ahí a Egipto y de vuelta. Sin embargo, esto no va a ser un viaje espiritual. Esto será simplemente un viaje corporal.

Todo depende de la forma en que, sentados en un lugar, subamos por los grados y revelemos el mundo espiritual que se encuentra dentro de nosotros. Él se revela sólo según la medida de la fuerza de conexión entre nosotros. Cuanto más nos conectemos, de acuerdo con dicha fuerza, tanto más revelamos los grados espirituales.

Corregimos a todos nuestros “613 deseos” solamente a través de la conexión. Si una persona no anhela unirse con los demás, no cumple ni un solo “mandamiento”, no corrige ni un deseo. De otra manera ¿cómo podrá uno utilizar su deseo? Después de su ruptura, todos los deseos están separados unos de otros, y podemos corregirlos solamente uniéndolos uno con el otro.

(57571 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 10/14/2011, Escritos de Rabash)

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