El hombre creador

Pregunta: Las personas tienden a pensar que la garantía mutua y la unificación son una amenaza a su exclusividad, que borran su individualidad. Cada persona se siente especial y no quiere renunciar a esta sensación por el bien de la unidad…

Respuesta: La persona siempre conservará su exclusividad. Nadie tendrá que renunciar a sus cualidades iniciales, únicas. Nos unimos un nivel más arriba, por encima de ellas.

Supongan que me uno a una asociación creativa de trabajadores de la industria de la televisión: artistas, guionistas, autores, y a otras personas creativas que trabajan juntas para crear una obra a gran escala ¿Debe cada uno destacar con su propia individualidad? ¿O por el contrario, cada uno debe ser igual de mediocre? Claramente, necesitamos individuos sobresalientes con talentos únicos que pongan su mejor esfuerzo para la empresa en común.

No perdemos nuestra exclusividad, sino que nos sometemos ante la meta, ante nuestra creación. Esto es exactamente lo que le permite a cada persona revelarse a sí mismo.

Hoy la naturaleza está colocándonos en condiciones en las que voluntariamente tendremos que renunciar a los excesos del nivel animado, que en realidad no nos traen otra cosa que daño. Tenemos que construir nuestras vidas basados en lo que es bueno para el cuerpo, y no exceder esta norma ni un solo gramo. Al fin y al cabo, cualquier cosa más allá nos lleva a enfermedades y problemas.

Por otra parte, todo nuestro movimiento secuencial, todo nuestro desarrollo y florecimiento, toda la abundancia de cualidades personales será realizada en la dimensión espiritual. Dicho de manera diferente, en la sociedad puedo encontrar oportunidades de autoexpresión, de contribución personal y de participación como una persona que es creativa e influyente. Puedo hacer muchas cosas en la sociedad y no demandar nada a cambio aparte de una vida material normal, que me sea suficiente. El entorno proporciona las necesidades de mi cuerpo animado, y en todos los otros aspectos quiero ser parte de todos, y ahí, en el todo común, encontrar mi felicidad, placer, y fuerzas vitales.

Ahí es precisamente donde adquiero oportunidades ilimitadas. Nadie me limita, no carezco de nada, y no compito con nadie ni trato de ponerme a la delantera de aquellos que parecen más exitosos. Como un pintor o un compositor, me realizo y me expreso plenamente en mi arte, en el trabajo creativo para el bien común. Me siento como un creador, y esta sensación llena todos mis deseos.

(58428 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 10/23/11, «Paz en el Mundo»)

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