Ser su propio observador

Tenemos numerosos y diversos deseos en nuestro interior y cada uno de ellos debe atravesar por la corrección en un orden específico. Dependiendo de la conexión de los deseos dentro del alma, la persona revela su conexión con los demás.

Por consiguiente, no conocemos las verdaderas razones de los estados por los que pasamos, pero tenemos que entender que su orden está predeterminado. Lo único que depende de nosotros es cómo transitamos por ellos: por el camino de la Luz, o por el camino del sufrimiento. En todo caso, sin entender lo que sucede, tendremos que aceptar la revelación de cualquier estado como un acontecimiento útil.

No tenemos ningún control sobre las situaciones que ya están en proceso. Tenemos que aceptar las circunstancias que se presentan con gratitud, corregirlas y continuar hacia adelante. No debemos rehusar el siguiente estado pues en ese caso estaríamos rechazando los medios que recibimos para nuestro progreso.

No hay un estado que no nos facilite nuestro avance. Por lo tanto, no debemos agobiarnos con las dudas: ¿este es un buen estado o uno malo? No debemos tomarlo en forma personal. Es mejor examinar las cosas que te suceden “desde un lado”, como si fuera un observador externo. Tengo que pasar por este estado y eso significa que yo actúo, lo atravieso y camino hacia adelante. ¡Todo es para bien (Hakol Le Tova)!

(De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá del 19 de agosto 2010 sobre El Zohar.)

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