Cuando se trata de ser persistentes, los hombres tenemos que aprender de las mujeres. Las mujeres nunca dejan de preguntar: ¿cómo pueden ser iguales a un hombre? La sensación de inferioridad subconscientemente pesa mucho en ellas. Este sentimiento viene desde la «maldición del Creador», que describe la Torá. Por lo tanto, está presente en cada mujer y ella lo percibe en todo.
En el trabajo espiritual, nuestros deseos son «la mujer dentro de nosotros» mientras que las intenciones de otorgamiento que adquirimos sobre estos deseos son «los hombres dentro de nosotros». Nuestra «mujer» interna tiene que desear adquirir su «hombre interno», unirse con ellos y dar a luz hijos, las almas corregidas llenas de Luz.
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