Recibí una pregunta: He leído que Rabí Najman dijo lo siguiente sobre Mikveh (la inmersión ritual): «Cuando un hombre se sumerge en la Mikveh (un estanque lleno con agua de lluvia o de manantial, o en un océano o un río), sus enemigos son destruidos y todas sus preocupaciones y obstáculos desaparecen, lo que le impedía servir al Creador.» ¿Está hablando de una combinación del trabajo interior de un cabalista con las correspondientes acciones mecánicas de su cuerpo biológico?
Mi respuesta: Quiere decir lo siguiente: «Cuando un hombre sumerge todos sus deseos en el atributo de otorgamiento, todas sus intenciones egoístas desaparecen y nada le impide ser similar al Creador.» No hay necesidad de acciones físicas del cuerpo porque cuando el cuerpo de un cabalista muere, su alma continúa sintiendo su existencia por medio de su semejanza con el Creador.
El alma existe fuera del cuerpo, independientemente de él. No se encarna en el cuerpo, y no puede verse afectado por ninguna acción física que realiza con el cuerpo. El alma es parte del Creador arriba, mientras el cuerpo es una forma de existencia de materia proteínica.
Lo que el judaísmo dice es que todo lo que uno hace con el cuerpo es una tradición, un marco que le ayuda a uno a permanecer externamente semejante al Mundo Superior. Pero, desgraciadamente hoy, cuando es necesario salir del exilio espiritual, el mismo marco que ayudó al pueblo judío a sobrevivir al exilio, los detiene en la corrección que deben efectuar ahora.
Está escrito, «Como la Mikveh purifica lo impuro, el Creador purifica a Israel.» ¡Sumérjase en el Creador, el atributo de Bina, las aguas de otorgamiento y misericordia, y será usted puro!
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