Pregunta: ¿Por qué necesitamos la geografía cabalística? ¿Se relaciona con la geografía del mundo corpóreo que trata de coordenadas, territorios, etc.?
Respuesta: La sabiduría de la Cabalá explora y enseña todo lo que se deriva de la raíz de la creación. La raíz de la creación son las cuatro fases del desarrollo de la Luz Directa, es decir, las diez primeras Sefirot. Cuando la Luz comenzó a otorgar un punto dentro de ella, apareció la primera fase, luego la segunda, la tercera y la cuarta, luego hubo una restricción y todo continuó desarrollándose.
La Luz que se propaga afecta el deseo que apareció, el deseo de recibir, disfrutar, tener placer y, en consecuencia, el deseo comenzó a cambiar.
Ya que, por un lado, la Luz trae placer y por otro, el atributo de otorgamiento, que es su esencia, lo transmite al deseo y, se producen dos reacciones en el deseo. La primera es que el ser creado goza del placer de la Luz, porque es opuesto al Creador y puede recibir placer de Él. La segunda es que el deseo, poco a poco, se asemeja a la Luz y percibe su carácter y atributos, lo que disminuye su deseo de disfrutar.
Todos los niveles siguientes del desarrollo del ser creado provienen de la aparición de estos dos atributos opuestos en la materia, en el deseo de disfrutar. El ser creado se desarrolla a través de cinco mundos, al ser dividido en una parte externa llamada «mundo» y una interna llamada «alma». Así se desarrolla hasta el punto más bajo de su evolución espiritual.
Así, hay una transición al nivel de nuestro mundo y la extensión de su materia, que es una marca del mundo espiritual. La materia de nuestro mundo es una réplica que hace juego entre la materia y las fuerzas espirituales.
Por lo tanto, lo que sucede en el mundo espiritual en la coordinación entre las fuerzas, ocurre en nuestro mundo en coordinación entre las diferentes partes de la materia. Esto conduce a un fenómeno muy interesante: en el borde de alguna galaxia, apareció un pequeño y poco impresionante globo. Y a pesar de lo que sabemos sobre el universo y que la Tierra está en algún lugar, en un lado, en realidad está en el centro del universo, desde la perspectiva del impacto de las fuerzas superiores en nuestro mundo.
Por supuesto que no lo sentimos porque no tenemos los instrumentos científicos que nos permitan percibirlo, pero los cabalistas nos hablan de esto.
Luego aparecieron en la superficie de la Tierra, océanos, mares, continentes, islas y enormes áreas de plantas y animales, el mundo submarino y, finalmente el hombre, que históricamente se asentó sobre toda la tierra y ahora cubre todo el globo.
La existencia de continentes, océanos, áreas naturales, cuatro razas de la humanidad, numerosas naciones, diferentes grupos étnicos y todo lo demás provienen de la raíz espiritual superior.
La coordinación de las fuerzas espirituales en el mundo espiritual se revela en nuestro mundo en forma de un sello corpóreo, incluyendo la tierra y todo lo que hay en ella, incluso nosotros. Si tomamos nuestro pequeño sistema, que incluye sol, luna, planetas, la Tierra y todo lo que contiene, la sabiduría de la Cabalá lo describe de manera muy detallada. Incluso nos habla de lugares ocultos en el universo, que hasta recientemente hemos descubierto y a veces, de cosas que uno sólo puede adivinar que existen y que probablemente descubriremos en el futuro.
En términos generales, la geografía y la astronomía, se describen plenamente en la sabiduría de la Cabalá. También se pueden encontrar las raíces de la geología y la antropología en los libros de Cabalá, porque no hay nada nuevo bajo el sol y todo se extiende desde la raíz superior hasta las ramas inferiores, hasta su resultado.
Porque sólo hay coordinación entre fuerzas en la raíz superior, se crea la huella de estas fuerzas y la conexión entre ellas en la materia de nuestro mundo, esta es realmente la razón por la cual podemos describir las fuerzas espirituales superiores a través de los objetos en nuestro mundo y por la interacción entre ellos.
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De la lección de Cábala en ruso 14/ago/16
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