Tomando en cuenta al mundo entero

Al investigar el Universo, descubrimos que todos los sistemas son interdependientes. Los planetas giran alrededor del Sol, mientras que sus satélites giran alrededor de esos planetas. Mientras más investigamos este enorme sistema, más claramente vemos que todos sus componentes existen en movimiento interdependiente y se influyen entre sí. La Luna por encima de la Tierra influye todo lo que tiene lugar en la superficie de la Tierra: nuestra salud, sensaciones, las corrientes en lo profundo del océano, etc.

El Sol nos influye también: percibimos incluso las más pequeñas erupciones solares que suceden ahí. Incluso se dice que algunos fenómenos en el Sol podrían amenazar la misma existencia de la Tierra ya que son capaces de incinerarla literalmente. Naturalmente, éste afecta a todos nuestros sistemas electrónicos. El globo en sí es una «caldera hirviente», y estamos viviendo en la superficie de una esfera, la cual en su interior está en llamas. Y todo esto existe en un equilibrio muy vacilante.

Los biólogos, zoólogos, y botánicos nos dicen que el surgimiento de la vida en la Tierra sólo fue posible debido a condiciones absolutamente especiales que no existen en ninguna otra parte del Universo. Hasta este día, no han descubierto nada en ningún otro lugar, y es bastante improbable que incluso existan tales lugares. Y dado que el origen de la vida requiere de muchas condiciones relacionadas con parámetros como la fuerza gravitacional, la cantidad de agua, la presión, la temperatura, etc. que se cumplen simultáneamente, se concluye que todos esos parámetros forman una gigantesca fórmula. Y sólo si hacemos un cálculo muy preciso de acuerdo a esta fórmula, seremos capaces de aprender qué condiciones previas conducen al surgimiento de la vida.

En las noticias usualmente se nos dice cómo estará el clima en los siguientes días. Los meteorólogos pueden preparar un pronóstico del clima para la semana siguiente, pero no más ¿Por qué?

Los pronósticos de temperatura, humedad, o velocidad del viento están basados en cálculos realizados usando fórmulas extremadamente complejas, y poderosas computadoras, tomando en consideración las condiciones del clima en todo el planeta. En pocas palabras, las condiciones entre esos parámetros tienen tantas facetas, son tan profundas, y ricas, que incluso una sola predicción para la temperatura del aire de mañana, la altura del oleaje, y otros factores que necesitamos para planear los vuelos, las rutas de navegación, y todo tipo de otros propósitos, nos habla de la interconexión de todas las partes de la naturaleza, de cómo la naturaleza inanimada influye a la naturaleza vegetativa, la vegetativa influye a la animada, y la animada influye al hombre, mientras que el hombre, influye en todas ellas.

Nuestra vida depende de la naturaleza inanimada ya que vivimos en la tierra y extraemos todos los recursos necesarios de sus profundidades. Dependemos también de la naturaleza vegetativa ya que en esto está basada nuestra agricultura, y también de la naturaleza animada ya que son productos alimenticios necesarios para nuestra existencia. Aparte de todo eso, no seríamos capaces de mantener una vida normal excepto en una sociedad en la que cada uno ocupe su correspondiente nicho dentro de ella, al realizar alguna función particular.

Mientras más avanzamos en el transcurso de la historia, más compleja se volvió nuestra sociedad, y más dependientes nos volvimos uno del otro. Hoy realizamos transacciones y transferimos dinero de un banco a otro; enviamos embarcaciones con varias cargas de un continente a otro. Y si consideramos las ropas que usamos, podemos decir con toda confianza que no fue un sólo país el que estuvo involucrado en su manufactura. Uno produjo las materias primas, otro las procesó, otros las cosieron, y otros más se ocuparon de la mercadotecnia y las ventas. Esto sólo enfatiza cuán dependientes somos unos de otros.

Ya estamos acostumbrados a esta interdependencia y lo damos por sentado. Excepto que esta es una dependencia completamente financiera y comercial, y nunca requirió de nuestro involucramiento emocional. Pero últimamente vemos que la conexión entre nosotros entre nosotros ha llegado a tales proporciones que exige de nosotros una cooperación más profunda, más estrecha, y más cercana.

Más aun, ésta se manifiesta a tal grado que lo que sucede en un país afecta directamente los eventos en otro. No es un accidente que hoy veamos cómo un país puede intervenir en los asuntos de otro, incluso cambiando el régimen e invadiendo su independencia. Un ejemplo muy gráfico son las protestas en Siria, donde los representantes de diferentes países están expresando sus quejas acerca del hecho de que muchos civiles no combatientes están siendo asesinados. Y el embajador Sirio no tiene nada que responder a eso. Está actuando como si no fuera su país y no tuviera nada que ver con eso. Así, esta dependencia nos obliga a todos.

Vemos que estamos tan interconectados entre nosotros que ahora requerimos de varios mecanismos internacionales de gobierno, sin los cuales no podemos existir normalmente. Después de todo, si queremos tener comercio, desarrollar la ciencia y la cultura, si queremos una vida próspera, necesitamos desarrollar sistemas muy similares de formación, de cultura, y de enfoque hacia la vida.

Durante las pasadas décadas el turismo floreció en el mundo. Al visitar diferentes países, podemos ver cómo durante este tiempo los países se acercaron entre sí en términos del nivel de calidad de vida de las personas y su habilidad para percibir sus alrededores. Después de todo, vemos televisión, escuchamos las noticias, nos conectamos mutuamente a través de Internet. Y esta conexión entre nosotros pronto nos ayudará a eliminar todas las barreras de lenguaje: Nuevas máquinas harán automáticamente para nosotros las traducciones, y alguien que no hable, digamos, inglés, que hoy es el lenguaje internacional, tendrá la habilidad de conectarse con todos.

De acuerdo a la investigación moderna, al parecer una persona promedio está conectada con todo el mundo a través de sus conocidos. Nos estamos acercando a tal grado que, por decirlo así, estamos sujetando las manos del otro. Hoy, ningún país puede hacer perforación, incluso en sus propios territorios porque a través de esto puede interrumpir el equilibrio dentro de la corteza terrestre, y lo que suceda en un país puede tener consecuencias no sólo para sus vecinos, sino también para el resto del mundo.

Hemos firmado tratados internacionales con respecto a las diferentes esferas de las actividades humanas que pueden causar daño a otros, por ejemplo, acuerdos que establecen cuotas para la pesca. Cada país tiene su límite de emisiones de elementos dañinos hacia la atmósfera o en la extracción de recursos naturales de las profundidades de la tierra. Hemos comenzado a sentir cada vez más que vivimos en un planeta y que es nuestra casa compartida. Y en realidad, aquí somos dependientes unos de otros y no podemos hacer lo que nos plazca.

Desafortunadamente, aún estamos desarrollándonos de forma egoísta y esto no nos permite tomar en cuenta al otro. Incluso hemos ensuciado el espacio exterior al enviar cohetes de manera que en este punto, una gran cantidad de satélites así como millones de fragmentos, pequeños y grandes, orbitan la tierra. Y si algún tipo de accidente ocurre en la estación espacial, todos sus fragmentos pueden caer en cualquier lugar y sobre cualquiera.

Hemos sido también testigos de fenómenos tan desagradables como la erupción de un volcán en Islandia, que afectó toda Europa, hasta Siberia, paralizando las operaciones de muchos aeropuertos. Y el tsunami en Japón que fue provocado por un terremoto y causó daño a una planta nuclear forzó a muchos países a pensar que tal vez valdría la pena suspender el desarrollo de la energía nuclear.

Vemos que ni una sola nación pude construir su política interna y exterior sin considerar decenas e incluso cientos de factores externos. En cada movimiento que realiza, necesita tomar en cuenta al mundo entero. Y esto le atañe incluso a los países fuertes y principales que aparentemente no tienen que justificarse ante nadie. Y aun así, deben considerar a otros porque todos somos dependientes unos de otros, y nadie sabe cómo incluso el cambio más diminuto que ocurre en uno de los países impactará en los otros.

(67803 – Del Kab.tv de «Una nueva vida», episodio 5 del 2 de Enero del 2012)

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