Trabajar con fe por encima de la razón

Toda nuestra vida, todo lo que nos rodea y nosotros mismos pertenecemos a un lugar determinado, que con nuestra mente racional llamamos «este mundo». Pero el sistema superior, el Creador, existe por encima de nuestro nivel e influye en nosotros para que con nuestra propio esfuerzo y con ayuda de nuestras plegarias y oraciones, podamos comprender nuestro estado y queramos superarlo.

El sistema superior se extendió de arriba a abajo, del mundo de Ein Sof (Infinito) al nuestro, para formar nuestro mundo. Pero estamos obligados a activarlo, a despertarlo, reconociéndolo y activándolo. Necesitamos entender lo especial de nuestro trabajo. Con nuestro deseo atraemos la Luz del sistema superior, la activamos, la forzamos a actuar sobre nosotros y al hacerlo, la creamos. Al respecto está escrito: «Tú me creaste».

Este trabajo de fe por encima de la razón, que sucede en el sistema superior, necesita ser despertado y revivido con nuestro propio deseo. Es el único trabajo que se nos da en esta vida. Todas las acciones que emprendemos en nuestro nivel en este mundo, están dirigidas a comprender de dónde obtenemos nuestra fuerza vital, nuestra existencia, nuestro despertar, para qué y a para qué debemos responder. En otras palabras, construimos el siguiente nivel, lo despertamos con fe por encima de la razón o, otorgamiento por encima de la recepción.

Fe es la fuerza de otorgamiento, que se nos da desde arriba. Fe = otorgamiento. Todo lo que se necesita para lograrla es exigir que la grandeza del Creador sea más importante que el conocimiento material o la razón. Esto atraerá la Luz que reforma y que nos elevará al nivel de fe y estaremos preparados para ir por encima de nuestra razón, por encima de todo los disturbios y problemas. Y si mantenemos el poder de la fe, con la fuerza de esa fe merecemos la revelación del Creador.

El propósito del Creador es otorgamiento y fe; el propósito del hombre es su deseo de recibir. Adquirir el propósito del Creador es recibir el deseo de otorgar.

Si recibo alguna perturbación en mi realidad actual, dentro de mi razón, entiendo que viene del Creador que con eso me está despertando, me ayuda a elevarme a Su nivel. Por eso pido la grandeza del Creador, para elevarme al nivel de fe y otorgamiento por encima del problema revelado.

La pregunta radica en ¿para qué me elevo: simplemente para sentirme mejor? Entonces es una Klipá, porque quiero usar la fuerza del Creador para mi bienestar personal. Indica que el Creador no es importante para mí, la fe no es importante para mí, pero me siento bien en mi deseo. Pasa lo mismo con las religiones y otras creencias.

Pero tal vez estoy dispuesto a permanecer con la sensación desagradable en mi deseo de recibir y por encima de esa sensación, construyo el deseo de otorgar y pido ser elevado al nivel de fe. Así, tengo dos niveles e intento salvarlos a ambos, sin rechazar ninguno. La diferencia entre ellos puede crecer hasta el punto en que el Creador se revele en ella: entre Biná y Maljut.

En cada momento de la vida debemos tratar de recordar que todo viene sólo del Creador y con un propósito específico, usar la revelación del mal y atribuirla al Creador para lograr otorgamiento y fe. Así trabajo con fe por encima de la razón.
De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 27/may/18, clase con el tema: «El trabajo en fe por encima de la razón».

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