A continuación otra carta sobre la industria del sistema de salud que me envió el Dr. A. Angelov de Boston, médico y miembro de Bnei Baruch:
La fuerza que mueve y desarrolla a nuestra civilización es el deseo egoísta de obtener satisfacción, y el dinero es una forma de lograrlo. La ganancia monetaria en la industria de salud depende del número de pacientes, procedimientos, ocupación de hospitales, etc. Sin embargo, si más bien estimuláramos la inversión en salud, en vez de gastar en enfermedades, los médicos tendrían el incentivo de prevenir, en primer lugar, la aparición de los padecimientos. De esta forma mejoraría la salud de la gente y disminuirían los gastos por asistencia médica. La prevención de las enfermedades no debería consistir en un diagnóstico temprano, sino en promover una buena salud mediante una nutrición adecuada y actividad física.
Debido a la crisis financiera que se está desarrollando, la gran mayoría de pacientes están constantemente deprimidos y ansiosos. Aquella doctrina que nos decía que, «El dinero es la base de la felicidad», ha probado ser un fraude. Las personas que antes ganaban más dinero sufren ahora más que los demás, ya que están perdiendo millones. Ha llegado el momento de reconsiderar nuestros valores.
Necesitamos eliminar el dinero de nuestras relaciones médico-paciente. El doctor debería recibir castigos administrativos, no monetarios, por los errores que comete y al paciente no se le debería permitir pedir compensación económica ante la corte. En lugar de eso, la única compensación que debería recibir es el tratamiento de la enfermedad.
Llevando a cabo estas sencillas maniobras, podríamos sacar al sistema de salud de la crisis rápidamente:
1. Pagar por salud en lugar de enfermedad.
2. Instituir condenas administrativas a los médicos en vez de sanciones económicas.
3. Y lo más importante, orientar a los medios de comunicación para que resalten el valor de un estilo de vida saludable.
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