Un juego cada vez más cercano a la verdad

Dr.MichaellaitmanEl tercer principio en un las relaciones familiares es que cuando la persona siente que la aman y que están preocupados por su bienestar, esto despierta en ella una gran felicidad y la obliga a una respuesta recíproca con una relación similar. De esta manera nos damos un ejemplo el uno al otro.

Aceptamos trabajar en un sistema de relaciones entre nosotros y entonces estamos actuando conscientemente y entendemos lo que sucede. Nadie se permite a sí mismo «dispararse alocadamente» con lo que le llega en relación a su pareja. Nosotros queremos construir una buena familia para jugar a las relaciones perfeccionadas, las cuales no existen realmente por el momento, excepto por la esperanza de que llegaremos a esto. Nos demostramos mutuamente que esto es simplemente un juego por el momento, pero es un juego que nos hace avanzar, y cada vez se vuelve más fácil y cercano a la verdad.

¡Estamos obligados a jugar puesto que acordamos hacerlo!

Pregunta: ¿Y si trato de construir una buena relación con mi esposa pero nada ayuda, porque ella es una egoísta tan grande que se niega a dar un solo paso hacia mí?

Respuesta: Esto me dice que no he actuado sabiamente, de otra manera yo habría jugado con su ego y la hubiera rodeado por todas partes. Ella depende de mí y si es una gran egoísta esta es una señal de que tiene grandes deseos que yo puedo satisfacer. Por lo tanto yo controlo la situación.

Todo el problema es que en general no sabemos cómo jugar con este ego. Mientras más crece el ego de la persona, más se vuelve ella como un niño, más se vuelve un bebé. Es muy fácil obtener la reacción correcta si actuamos adecuadamente con ella dado que ella no es su propio amo sino que depende completamente de su ego.

El hombre (Guever) es aquel que es capaz de vencerse a sí mismo y es imposible influir directamente en él. Ustedes no pueden dañarlo, «caen» sobre él y él permanece en pie. No reaccionará inmediatamente pero se vencerá a sí mismo. Si tu pareja es así de egoísta, sin preparación para controlarse a sí misma, puedes jugar con ella como la harías con un bebé.

Nosotros debemos demostrarnos mutuamente, de forma intencional, una buena relación, incluso de forma exagerada, y revisar para ver si obtenemos una relación similar en respuesta. Si no hay una relación similar, debemos trabajar en esto. Yo trato de darle una buena relación todo el tiempo, pero si no veo una relación similar en respuesta, me abstengo de hacer esto. Trato de hacer algo bueno otra vez y si obtengo una buena reacción, le doy una relación incluso más cálida. Si no, yo también pongo distancia. Me presento intencionalmente, mostrándole que estoy dispuesto a tratarla bien sólo bajo la condición de que ella haga lo mismo conmigo.

Entonces de esta manera construimos nuestra pareja casada: unidad, comunicación, lo que llamamos una «familia». Así es exactamente como yo debo relacionarme con los hijos con la ayuda de la «zanahoria y la vara». Todo el método está construido con base en las concesiones; yo me elevo por encima de mi ego de una manera calculada y controlada, de acuerdo al programa que está especificado desde el principio.

Pero no se trata sólo del amor absolutamente incondicional que despertará contento en la otra persona. Yo debo de mostrar que amo, que cedo en todo, que me anulo, pero no de forma que mi pareja haga lo que quiera. Incluso los padres que sienten amor infinito por sus hijos no deben demostrar esto. Debo añadirle «juicio a la misericordia» o «misericordia al juicio», controlando la situación con la ayuda de esas dos riendas dependiendo de la reacción.

Establezco para mí la meta de llevarnos hacia la conexión  y le informo a mi esposa de esto. Pero ella debe saber que en esta unificación yo tengo en mi posesión dos riendas: juicio y misericordia, amor y odio, y una no funciona sin la otra. Como está dicho, «El amor cubre todas las iniquidades». ¿Estamos de acuerdo en revelar todas las iniquidades y cubrirlas con amor o no? Si es así, intentémoslo.

Es como si al conducir un auto, yo girara el volante hacia la derecha y hacia la izquierda para mantener la dirección correcta. El problema es que no somos sensibles con la pareja, con el otro. Por lo tanto yo me vuelvo hacia mi esposa con una petición de ser sensible con respecto a ella ¿Qué esposa rechazaría esto? Esta es una queja eterna de la mujer con respecto a su esposo, él no la entiende, no la mira, y no quiere compartir sus experiencias.

Y por el contrario, le pido que se revele ante mí para poder conectarme con ella. Depende de mí entender cómo ella entiende, siente, y reacciona con respecto a mí. Si sé todo esto, entonces puedo manejar nuestra relación en la familia con la ayuda de mi volante de auto. Y ella sentirá esto y comenzará a controlar su volante con respecto a mí, de manera que finalmente esos dos volantes se unirán en un volante que conduciremos juntos.

Este es un proceso emocional como si los dos nos encontráramos en balanzas opuestas, tratando todo el tiempo de mantener el equilibrio. El ego de cada uno está creciendo todo el tiempo y se equilibra con el de la pareja. Entonces estamos siempre equilibrándonos, renovando nuestra relación todo el tiempo. Esto nos asegura tener un desarrollo profundo e infinito dentro del cual descubrimos una sinfonía de amor completa.
(110205)
Del Kab.TV «Una nueva vida  # 46» del 8/1/12

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