Un sistema de recepción y un sistema de intención

Dr. Michael LaitmanLas personas que tienen una chispa, una partícula de la naturaleza superior, no se corrigen a sí mismas como el resto de los siete mil millones de personas, porque a través de esta chispa, nosotros podemos conectarnos con la fuente de la Luz, con la fuente de otorgamiento, con el poder del otorgamiento.

Esto significa que incluido dentro de nosotros tenemos dos sistemas: un sistema de recepción y un sistema de intención, es decir otorgamiento. En nosotros, hay un deseo dirigido hacia nosotros mismos. Además de esto, tenemos un punto dentro del deseo, una chispa que puede desarrollarse en un sistema separado.

Si desarrollamos esta chispa en el sistema de otorgamiento, en otras palabras, si adquirimos una intención de actuar en aras de los demás, entonces nuestros actos serán poco importantes. Ellos siempre estarán bajo el control de la intención en aras del otorgamiento.

De ello se deduce que esta intención por el bien del otorgamiento determinará todos mis actos y conducta. No importa si recibo de los demás o si les doy a los demás físicamente en este mundo. Mi intención siempre estará determinada de tal forma que todos mis actos estén destinados para el bien de los demás, y esto siempre es más importante que mi propio bien.

Una parte del alma colectiva que funciona de acuerdo a este programa pertenece a la cabeza del Partzuf espiritual. A través de la Luz, podemos crear pensamientos, acciones, intenciones y planes que sean verdaderamente para el bien de los demás, y yo los utilizaré más allá del beneficio personal. Toda la emoción y el pensamiento, la fuerza y ​​la comprensión, yo las pongo al servicio para el bien de los demás. Yo me adhiero a los demás y hago todo por el bien de ellos.

Estos cambios sólo son posibles a través de la Luz que Reforma. Para todos los siete mil millones de la humanidad, la Luz sólo revela cuán conectados están entre sí, y luego dejan de hacerle el mal a los demás y se convierten en un solo cuerpo, que sigue siendo egoísta. Todos ellos actúan por su propio bien como una sola familia.

Debemos hacer otra conexión entre nosotros, en la que nuestra intención sea totalmente para el beneficio de los demás, como está escrito: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». No es que yo simplemente no dañe a los demás, sabiendo que, a través de esto, yo mismo me causo daño. Yo no miro en absoluto si esto vuelve a mí de alguna manera. Más bien, pienso y actúo sólo para el beneficio de la otra persona, sin comprobar cómo me afectará esto ya sea para bien o para mal. Esto se llama trabajo por encima de mi ego. Esto es trabajar con fe, es decir, otorgamiento.

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De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 7/13/14, Shamati # 60

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